Interesante solo feminista de Agnés Mateus hecho en
colaboración con Quim Tarrida sobre la discriminación y la violencia hacia las
mujeres. En él, vemos una sucesión de escenas muy diferentes que hablan de los distintos ámbitos en los que la mujer sale discriminada, desde el laboral hasta el histórico, pasando por el imaginario popular, el sector cultural y, por supuesto, el maltrato y el asesinato. Lo que empieza desde el humor con un monólogo de formato club de la
comedia –y con unas cuantas bromas alargadas más de la cuenta- evoluciona
paulatinamente hacia algo mucho más oscuro. Más que los chistes con juegos de
palabras y temas no especialmente originales, lo que realmente impacta son los
momentos más serios y reivindicativos. El espectáculo gana fuerza cuando pone
nombres a las víctimas (tanto las agredidas como las olvidadas por la
historia). Y llega también con las metáforas visuales mudas, los momentos en
los que un determinado elemento o movimiento de la artista expresa por sí solo,
apoyado como mucho por la música y algún que otro juego de luces.

Con todo, se pone una vez más sobre la mesa el drama de las
mujeres en una sociedad que, en su fuero interno, sigue partiendo de unos
valores machistas y heteropatriarcales. Montajes como este ayudan a visibilizar
el problema y a que cuestionemos una serie de actitudes y pensamientos que por
desgracia siguen plenamente normalizados.