Sevilla, Espanya. Don Giovanni intenta seduir Donna Anna, però acaba lluitant i matant el seu pare, el Comanador. Comencen un seguit d’embolics en què Don Giovanni intenta seduir alguna noia i fugir d’algun promès gelós, fet que aconsegueix amb l’ajut del seu criat Leporello. Al final, el fantasma del Comanador s’emportarà un Don Giovanni que mai no es penedirà de les seves malifetes.
És un luxe per al Liceu poder tenir dos repartiments de primer nivell encapçalats per Mariusz Kwiecien i Carlos Álvarez.
Una producció high-tech de Kasper Holten, amb una escenografia amb plataformes i escales impossibles. La psique de Don Giovanni es reflecteix per mitjà d’efectes i projeccions i una excel·lent il·luminació.
Don Giovanni
Dramma giocoso en dos actes. Llibret de Lorenzo Da Ponte. Música de Wolfgang Amadeus Mozart. Estrena absoluta: 29/10/1787, Praga. Estrena a Barcelona: 18/12/1849, Teatre Principal. Estrena al Liceu: 21/02/1866. Darrera representació al Liceu: 30/08/2008. Total de representacions al Liceu: 67.
La primera pregunta que nos asalta cuando volvemos a disfrutar esta obra maestra es ¿Cómo es posible su vigencia y vitalidad incuestionable por 230 años? Para responderla tenemos que recordar al hecho de que Il dissoluto punito ossia Don Giovanni (1787) es el resultado del encuentro de dos genios incuestionables, Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) y Lorenzo Da Ponte (1849-1838), quienes nos enseñaron a pensar por nosotros mismos y que lograron el retrato más profundo de la naturaleza humana sin menoscabo de la inteligencia y el sentido del humor.
La segunda pregunta que nos asalta es ¿a cuántos intérpretes, creadores y espectadores ha influido, enriquecido y motivado en esos dos siglos? y esa ya es más difícil de responder, pero es muy interesante pensar en lo que logró inspirar en el equipo escénico de Kasper Holte. Una puesta espectacular, llena de simbolismo, con una propuesta estética moderna y muy bella, que al final apuesta por quitar los tintes de humor y centra su atención en la acertada actoralidad de su protagónico, a quien condena al infierno de la soledad.
El elenco fue especialmente eficiente y con una homogeneidad poco común. Debemos destacar sorpresivamente el trabajo de la cantante rusa Julia Lezhaneva en el papel de Zerlina, y digo sorpresivamente porque normalmente este papel no llama tanto la atención como en este caso, pero no puede dejar de mencionarse sobre todo por la belleza de la voz y pureza de emisión, aunado a la inserción de adornos y fiorituras no escritas, pero agregadas con muy buen gusto y excelente ejecución. Otra interpretación remarcable fue la de Miah Persson, quién nos regaló una Donna Elvira atormentada y pasional, sin perder nunca un cuidado estilo mozartiano de canto. Menos afortunada, sobre todo por la falta de fuerza interpretativa y vocal, fue la Donna Anna de Carnmela Remigio, a quién ya habíamos oído en el Festival de Salzburgo del año pasado, con las mismas deficiencias.
Ente lo intérpretes masculinos, se debe destacar a Simón Orfila ha mostrado su mejor interpretación, a pesar de que su voz parece en momentos demasiado pesada para este papel. Fresco y divertido, su Leporello es un acierto. Potente e impresionante el comendador de Eric Halfvarson, pero sobre todo hay que hablar del excelente trabajo de Mariusz Kwiecien en el papel protagónico. Un Don Giovanni, joven, lleno de energía, imprudente y absolutamente seductor.
Por todo esto, esta producción no será -como no lo es la obra- fácil de olvidar. Es una muestra más de los muchos matices que nos regala el trabajo de los genios perpetuados por intérpretes acertados y propositivos, que nos entregan, una vez más, el prodigio de la creación humana.