Le Cantatrici

informació obra



Sinopsi:

Don Bucefalo és un vell verd que fa de mestre de capella en un poblet. Un dia escolta cantar a tres noietes i es compromet a convertir-les en famoses cantants d’òpera.

Un antic alumne, Don Marco li deixa un clavicèmbal per les lliçons i perquè ha posat l’ullet en Rosa, una de les noietes, però aviat se n’adona que el mestre també s’ha encapritxat d’ella. Don Bucefalo proposa muntar una òpera seva i les noies encara que són incapaces d’aprendre-se-la, exigeixen privilegis i capricis i a disputes per gelosia. Carlino, amarit de la Rosa i a qui tothom dóna per mort a la guerra, torna al poble disfressat i es pensa que Rosa fingeix la seva viudetat per atreure l’atenció dels galants del poble. Tot s’embolica aleshores fins arribar al dia de l’estrena en que la funció resulta un disbarat i finalment es desfan els embolics, es demanen disculpes i es recupera l’alegria.


Crítica: Le Cantatrici

11/02/2020

Ópera que habla de ópera

per Enid Negrete

Reírse de sí mismo siempre es un signo de inteligencia. La ópera que se burla de sí misma siempre lleva una carga de crítica y de otra de denuncia, pero sobre todo nos hace mirar de una manera divertida a los seres escénicos que siempre son extraordinarios.

La ópera de Cámara de Barcelona nos regaló una de las obras más deliciosas sobre este tema: Le cantatrice villane (Las cantantes aldeanas) o también conocida como Le virtuose ridicule (Las virtuosas ridículas) de Valentino Firovanti (1764-1837), un compositor prolífico y exitoso que fue víctima de la avasalladora figura de Gioachino Rossini (1792-1868), por lo cual, de sus setenta y cinco óperas, sólo se representa ésta en nuestros días y muy escasamente.

Encantadora, divertida y con detalles sumamente modernos (como incluir errores de la orquesta y de las cantantes en la propia partitura), esta obra de solo hora y media, parece un ejemplo clarísimo de la ópera buffa de finales del siglo XVIII, ya con las características que harán famoso a este género en el siglo XIX. No se tiene la fecha exacta de su estreno, peros e considera que fue entre 1796 y 1801.

La producción que nos presenta la VI temporada de la Ópera de Sarrià es, en cuanto a la dirección musical y vocal a cargo de Assunto Nesse, de muy buena calidad. En el elenco se pueden destacar a Inés Lorans, una soprano con un timbre interesante y unas cualidades actorales importantes, (quizá sólo puede reprochársele un pequeño problema de apoyo y falta de redondez en los agudos), Donato di Gioia que nos hizo reír mucho en el papel protagónico con su trabajo eficiente y bien cuidado tanto vocal como actoralmente; Pedro Quiralte con una muy buena presencia escénica y una voz profunda; además de Alba Fernández y Helena Ressurreiçao, cuyas actuaciones hicieron de todo el conjunto una gusto de homogeineidad y compenetración.

No se puede dejar de mencionar a los figurantes, Mercé Perez- Dessoy, Maria de los Ángeles Reynaud, Maria Paz Sotullo, Jorge Agustí, Jan Omedes y Massimo Mameli, que en el momento de la representación tuvieron una actuación encantadora.

La dirección escénica y la parte visual del montaje, ya no está tan lograda y no por falta de recursos, sino quizá por el exceso de las producciones tradicionales, que ya no corresponden con las maneras de ver los espectadores actuales. Algo muy antiguo y poco veraz se veía en un decorado amontonado y un vestuario excesivo.

Más allá de eso, esta ópera, con su música chispeante, su candor y encanto, además sus chistes nuevos a pesar de haber sido escritos hace doscientos años, es una opción maravillosa para disfrutar del humor inteligente de la ópera buffa.