Recital Elīna Garanča

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Sinopsi:

Nascuda a Riga (Letònia) i actualment resident a Espanya, Elīna Garanča és considerada com la millor mezzosoprano del món. 

Després dels recents èxits en el seu debut com a Kundry al Parsifal de Wagner a Bayreuth, la seva Princesa d’Eboli a la inauguració de la temporada del Teatro alla Scala o l’Amneris d’Aida a Berlín en la producció de Calixto Bieito, arriba al Liceu per oferir el seu recital en plenitud de forma. 

Amb un timbre captivador i bell, sense fissures en els canvis de registre, amb un centre sedós, uns greus ressonants i uns aguts penetrants, la cantant letona s’endinsa en cada rol vivint l’essència de la música. Seduint sempre amb la seva veu i les seves inflexions, passant pels filats, la sensualitat o llanguiment en el fraseig. 

Crítica: Recital Elīna Garanča

25/11/2024

Elina Granaça: cuando la realidad supera las redes sociales

per Enid Negrete

Normalmente las grabaciones y las fotografias compartidas en las redes sociales nos dan una imagen poco fiable de la realidad interpretativa de un artista. La cuestión es que normalmente es superior y crea expectativas que son muy difíciles de llenar. En el caso de Elina Granaça, todos los que estuvimos en el recital del pasado 22 de noviembre nos asombramos de lo mucho que superó todas las ideas preconcebidas que se podían tener de ella.

De una belleza avasalladora, con una calidad de timbre que se conserva su terciopelo en todos los registros y una musicalidad a prueba de bombas, nos hizo hacer un viaje desde los lider de Brahms hasta la canción española, pasando por interpetaciones inolvidables de ópera Rusa, una increíble versión de  “Me voici seule enfin!… Plus grand dans son obscurité”, de La reine de Saba, de Gounod (quizá lo mejor de la noche), y las arias obligadas de una mezzo: Dalila y Carmen, cuya coquetería y voluptuosidad conquistó a los espectadores.

La sensualidad, la elegancia y la perfección estilística fueron constantes en todo el programa que abarcó cinco escuelas líricas y que terminó en cuatro ancores entrañables: una hermosa canción Letona, la bellísima “Ne poy krasavitsa, pri mne (No me cantes, bella doncella), op. 4, nº 2 de Rachmaninoff, la sorpresa de la noche: "Io son l'umile anchela" de Adriana Lecouvreur (que a pesar de ser para soprano la resolvió perfectamente) y una canción de Falla.

Excelente acompañamiento del pianista Malcolm Martineau, quien también intervino como solsita en dos piezas que dejaron claro su finura interpretativa: Romances sans paroles, op. 17, de Fauré y el Tango op. 165, nº 2, de Albéniz.

Será una noche muy difícil de olvidar y que nos dejará claro que, mucho más allá de lo mediático de su belleza y talento, Elina Garança es una verdadera artista extraordinaria.