En un set de televisió, una famosa xef ve per delectar-nos amb les seves magnífiques receptes. Així, de la forma més estrafolària possible, com la norma exigeix per guanyar els cors de les masses, ens ensenya a cuinar un plat molt en voga, una dictadura moderna. Apreciem les metàfores que ens ofereix en clau de comedia amb els ingredients bàsics i els mètodes apropiats de preparació per dur a terme aquesta popular recepta. En un exercici d'exposició màxima, la nostra intèrpret ens ofereix una visió simple i crua de la realitat política del nostre temps; on les discussions deixen de ser sobre dretes o esquerrer i passen a ser sobre qui manipula millor.
La joven actriz venezolana Giselle Stanzione ha decidido cocer un proyecto lleno de inteligencia y humor. Ha decidido hacer un espectáculo del horror político y del desastre social de nuestros días, ha tomado como base los frecuentes programas de televisión sobre cocina y la imagen de los chefs para diseccionar la manipulación mediática. Se tiene que admitir que tanto ella (que se involucró en todos los aspectos del espectáculo además de acutarlo) como Xavier Torra en la dirección y Pedro Galicia en la dramaturgia, ha hecho un muy buen trabajo.
Un unipersonal centrado en el trabajo actoral, con un apoyo audiovisual muy bien seleccionado y editado por parte Nuno Leites y con un discurso escénico muy coherente y cohesionado. La técnica actoral de Stanzione y sus herramientas expresivas son de muy alto nivel.
Quizá el tono abusa un poco de la estridencia en algunos momentos, quizá el final es demasiado abrupto y uno se pregunta si su precisión con la tirachinas es tan real que no corres peligro como espectador, pero la verdad es que el público pasa cuarenta minutos riéndose y pensando, algo poco común la vida de nuestros días.
Uno de los grandes aciertos fue cómo llegó a involucrar al auditorio y fomentó su participación sin caer en los clichés de esa práctica. Y quizá la principal razón para lograrlo es que nos hace compartir su hartazgo por la manipulación, la falta de opciones y las imposiciones de nuestros dirigentes que cada día nos alejan de la democracia y de los ideales humanos que sustentan la civilización.
La estética sencilla y clara, el uso de los elementos escénicos siempre como metáforas y el encanto propio de la actriz, hacen de este espectáculo una excelente opción en la cartelera.