Solstice

informació obra



Coreografia:
Blanca Li
Direcció:
Blanca Li
Escenografia:
Pierre Attrait
Vídeo:
Charles Carcopino
Composició musical:
Tao Gutiérrez
Il·luminació:
Caty Olive
Sinopsi:

Solstice és l’espectacle més compromès de Blanca Li. Nascuda a Granada, formada a Nova York amb Martha Graham i establerta amb companyia pròpia a París, Li és una gran coreògrafa, cineasta, ballarina i actriu; una artista en constant renovació que s’inspira en una àmplia gamma d’estils, des del flamenc fins al ballet clàssic i la dansa urbana. Tot comença i es completa amb l’energia del moviment i la dansa. 

Amb Solstice celebra la bellesa, el poder i l’energia a partir de la preocupació per la degradació de la natura. Aquesta inquietud es transforma en una obsessió expressada en la dansa i el gest. Com ens explica Li, “els elements de la natura són meravellosos i imprescindibles, però en alterar-los es poden crear grans catàstrofes. L’aigua, per exemple, és meravellosa, però pot transformar-se en terribles inundacions. El vent pot derivar de brisa a huracà, i el sol i la calor són l’origen dels incendis i les sequeres”.  

A tot arreu: a les metròpolis, en les profunditats dels oceans, en els espais silvestres i aquells domesticats per la humanitat, la natura està canviant i cridant-nos. Les relacions ambigües i complexes que mantenim amb el nostre entorn han estat el punt de partida per a aquest muntatge. A mig camí entre la preocupació i l’admiració, l’amor i la violència, la conservació i la destrucció, com podem mantenir el desenvolupament de les nostres civilitzacions sense esgotar el planeta? Catorze ballarins increïbles i un percussionista donen forma a aquest espectacle que, a través del poder de la dansa combinada amb escenografia, vestits, vídeo, llums i música, evoca els trastorns del nostre ecosistema i planteja quin és el lloc de l’home dins de la natura, no considerant-lo com el seu centre sinó com un dels seus components. 

Crítica: Solstice

11/02/2021

La fuerza de la naturaleza

per Imma Fernández


Cautivador despliegue visual y sonoro de Blanca Li en su estreno en el Liceu con ‘Solstice’, un grito de la naturaleza atormentada por la especie humana. La faceta de artista multimedia de la coreógrafa granadina se impone en un espectáculo de gran belleza y exigencia física. A lo largo de más de hora y media, los 14 estupendos bailarines dan cuenta de la fuerza de la naturaleza humana frente a la más poderosa fuerza de la naturaleza de un entorno amenazado que se rebela. Los cuatro elementos –aire, agua, fuego y tierra- se erigen en protagonistas del discurso ecológico que plantea la artista, sucediéndose  los vínculos y las luchas del hombre contra esos elementos desde los tiempos más remotos. A destacar, la hipnótica banda sonora de ritmos africanos que nos traslada a los orígenes de la humanidad y a las danzas tribales, con la percusión y el canto de Bachir Sanogo punteando la envolvente partitura. Entre sus momentos mágicos, la percusión con el agua de un acuario.

Al magnetismo de la propuesta contribuye el magnífico ensamblaje de la escenografía, iluminación y proyecciones que acompañan el viaje por el planeta y sus aullidos. Por una naturaleza maravillosa pero que, enfurecida, estalla en tormentas, inundaciones y otras catástrofes. Un decorado en el techo de grandes telas blancas onduladas evoca las nubes y, al bajar la estructura al suelo, las olas de un mar inquieto o las dunas del desierto. Precioso el cuadro en el que los bailarines batallan contra un viento huracanado, con sus vaporosas y aladas vestimentas agitándose en el escenario. Bailarines que, haciendo piña, defienden el mensaje de unión frente a las adversidades climáticas. Hay también algunos breves solos y duetos, pero, sin sorpresas en el plano de los movimientos, dominan y sugieren más los números corales. En uno de ellos se visten de bloques de hielo que se van quebrando, en otros simbolizan la recolecta de alimentos, la sequía, la contaminación –bailando con mascarillas- o los rituales festivos.

Quería Blanca Li que sus atléticos intérpretes sintieran en su cuerpo el aire, el agua y la tierra, y así lo hacen. En la apoteósica escena final cae del cielo arena negra con la que se duchan y sobre la que acaban revolcándose en una enérgica y vistosa danza que apela a la necesaria comunión hombre-tierra. Es ‘Solstice’ un muy hermoso y poético canto a la naturaleza y a la vida con el que Blanca Li abre la danza contemporánea a todos los públicos.