Abandono la sala y vuelvo a la calle para presenciar este cabaret circense grotesco. Nos advierten que no veremos el espectáculo completo porque no pueden desplegar las pantallas del fondo. Y aunque había algo de viento no sé cuál es el motivo. Sin pantallas comienza Cafe Europa, un espectáculo irregular, con un inicio puede llegar a cansar a más de uno, los veinte primeros minutos de introducción son más que prescindibles, pero una vez superada esa fase, la parte de circo y fuegos artificiales cobra más protagonismo y resulta un buen ejercicio a nivel visual. La voz en off escupe textos que por la potencia de los altavoces no alcanzo a distinguir del todo, una forastera llega a un pueblo y la gente la recibe con recelo, la hipocresía y las miradas de desprecio hacia el otro son la base de este espectáculo. Se establece un acoso y derribo hacia el personaje nuevo, al que optan desde el primer momento por no entender y por imponer su santa voluntad, acusándola de las más altas depravaciones.
Cafe Europa funciona como propuesta visual, la unión de música, efectos sonoros y lumínicos, el teatro gestual y de circo resulta bastante impactante. La parte textual si no sabes con anterioridad de qué va, es ininteligible y sólo ayuda a potenciar lo grotesco de los personajes.