Concert Sondra Radvanovsky i Piotr Beczała. Centenari Puccini

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Sinopsi:

Giacomo Puccini, a qui commemorarem l’any 2024 amb motiu del centenari de la seva mort, és una de les últimes joies de l’òpera tradicional italiana. Les seves obres són objectes de fascinació a tot el món i han commogut totes les generacions d’amants de la música. El seu llenguatge aparentment senzill i alhora commovedor fa que Manon, Turandot, La bohème, Tosca o Madama Butterfly siguin inoblidables.

Crítica: Concert Sondra Radvanovsky i Piotr Beczała. Centenari Puccini

28/10/2024

Sondra Radvanovsky y Pietr Beczala, una noche para flotar

per Enid Negrete

Para celebrar el centenario de Giacomo Puccini, el Gran Teatro del Liceo de Barcelona programó un concierto con la dupla de estrellas que ya se ha presentado dos veces más como tandem, en este escenario. Sondra Radvanovsky y Pietr Beczala.

No se puede poner en duda la solvencia de estos dos intérpretes que va mucho, pero mucho, más allá de lo bien hecho. En la primera parte pudimos oir una "Donna non vidi mai.." y un "Sola perduta abandonata..." que despertaron el interés de los espectadores. En los fragmentos escogidos de Tosca ambos lucieron muchísimo, claro, pero de manera muy distinta. No sé cuántas veces hemos oído en el Liceo y en Cataluña el "Vissi d'arte... " de la Radvanovsky, pero siempre parece la primera vez. El agudo filado, el fiatto hasta el final de la frase elegante y eterna, llena de dolor y reproche es algo que cada vez hace distinto y nunca menos magistral.

La segunda parte del programa tuvo algunas cosas que no se entienden mucho. Por ejemplo ¿Por qué cantar óperas que hace años que no cantaban o que nunca habían hecho en público como La Bohème y Madama Butterfly? En cualquier caso, fue muy divertido ver a la Radvanovsky persinarse antes de abordar el "Mi chiamano Mimí..." que, a pesar de no cantarlo desde los 21 años y tener una voz demasiado grande para el papel, fue una interpretación llena de encanto. Más problemático fue para Beckzala que hizo una hermosa "Che gelida manina..." pero el agudo del final del dúo no salió muy bien.

Lo verdaderamente maravilloso de este recital vino con la interpretación sin fisuras del "In questa regia..." de Turandot. Será difícil olvidar a una princesa mucho más humana que todas las escuchadas anteriormente, agobiada por un dolor heredado y decidida a la venganza. ¿Alguien había pensado en Turandot con esos filados y esa pasión? No podemos esperar a oirla haciendo ese papel en escena. La Radvanovsky enloqueció a los espectadores con esta muestra de lo mejor del arte del canto.

Un muy buen "Nessun dorma..." le valió a Beckzala la mayor ovación para él de la noche. Con un frase muy bueno y un agudo espléndido, llenó el teatro con lo mejor de su voz.

Pero en los ancores, la cosa volvió a ser deslumbrante. Quizá para recordarnos que no la oiremos en La forza del destino, La Radvanovsky cantó un "Pace pace mio dio..." que va a ser muy difícil de olvidar, incluso para los retractores del Verdi más popular. El fraseo perfecto, el fiatto eterno, esa capacidad para ser un instrumento más de la orquesta y un emocionante final nos levantó del asiento. Una ovación inmensa que le sacó las lágrimas a la diva y que se conservará en la historia del teatro.

La orquesta hizo un gran papel dirigida por Keri-Lynn Wilson, una directora que nunca trató de robar protagonismo a las dos estrellas del canto, que hizo un trabajo pulcro, sensible y delicado, que nos recuerda lo bien que pueden dirigir la orquesta una mujer.

En la ópera hay noches así, cuando los espectadores sienten que son privilegiados porque acaban de ver algo irrepetible, único, que los acompañará toda la vida.