Els Madrigals de Monteverdi (III)

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Sinopsi:

Els madrigals de Monteverdi, catàleg imprescindible dins de la història de la música, representen la culminació d’un gènere, però en la seva evolució també encarnen el naixement d’un altre gènere nou: l’òpera.

Agrupats en nou llibres i publicats entre el 1587 i el 1651, continuem aquest fascinant viatge per aquest corpus entès com a exercici de protoòpera i un teatre de les emocions.

Aquesta temporada comencem per Il secondo libro de madrigali a cinque voci, que es va publicar l’any 1590, quan el compositor tenia 22 anys, i que representa la conquesta de la puresa estilística i de la metàfora visual. Cap altra col·lecció del compositor està tan inundada d’imatges visuals i descripcions de la natura (rius, albes, brises, ocells, flors, cels, fonts…). No és casual que aquest conjunt fos publicat amb l’objectiu de propiciar la seva possible contractació a Milà i que captés l’atenció de la cort de Màntua i del duc Vincenzo Gonzaga. Aquí Monteverdi ja estableix les coordenades d’una fascinant equació entre oïda i vista.

Rinaldo Alessandrini, director, clavecinista i una autèntica autoritat sobre el compositor, ens farà de guia pels camins d’aquest univers fascinant i frondós ple de miniatures precioses. La paraula, la música, la declamació o l’estil concitato ens situaran davant de les primeres temptatives de representar les passions humanes mitjançant text i harmonia. Un compilació testamentària.

Crítica: Els Madrigals de Monteverdi (III)

24/11/2022

Monteverdi y sus madrigales

per Enid Negrete

Se conoce como madrigal a la forma de composición vocal sin acompañamiento, escrita generalmente a varias voces y que se usó desde el siglo XIV hasta bien entrado el XVIII. Por supuesto uno de sus más importantes exponentes será Claudio Monteverdi (1567-1643) de quien se conservan varios volúmenes.

En este caso se trata del segundo libro de madrigales escrito para cinco voces, que fue publicado en 1590, es decir cuando su compositor tenía sólo 23 años de edad, lo cual no deja de sorprender por la maestría de la escritura y la capacidad impresionante de creación.

Bien claro dejan estas partitura la postura innovadora y de búsqueda que tenía el joven autor. Para él el efecto musical lo era todo. Buscaba una verdad expresiva y no permitía que las reglas académicas de la época lo obstaculizaran. Otra de sus búsquedas personales cómo compositor, era que ligaba las palabras tan estrechamente con la música que quitar una de las dos era simplemente mutilar. Esto sería el antecedente claro del trabajo operístico al que se dedicó gran parte de su vida.

¿Cuál es el resultado? Una música alucinante, llena de atmósferas cercanas al concepto de lo sublime. Se puede entender su obra como uno de los grandes legados polifónicos de la historia y en este caso, la interpretación del conjunto formado por Monica Piccinini y Sonia Tedla (Sopranos), Andres Montilla (alto), Raffaele Giordani, Roberto Rilievi (tenores) y Gabriele Lombardi un excelente bajo y acompañados por Ugo Di Giovanni en la tiorba, nos permitió disfrutar de esta idea poderosa de las individualidades creando armonía cuando se conjuntan. Nos recuerda por qué durante mucho tiempo se pensó que la voz humana era el único instrumento digno de alabar a dios.

La delicadeza de cada frase, la paz y la sensación de conjunción armónica fueron los elementos esenciales del concierto.

NO se pueden dejar escapar estas oportunidades de confirmar que no hay una evolución musical, que la de nuestro tiempo es tan hermosa y de desarrollada complejidad como la de épocas anteriores, porque al final el ser humano es el que no cambia.