Escollida el 2012 Millor Intèrpret de l’Any per la premsa alemanya, la soprano sueca ha deixat sempre al Liceu un record inesborrable per la intensitat de les seves interpretacions, com la seva Jenufa (2004-05) i la seva Salome de la temporada 2008-09.
En el seu programa interpretarà Robert Schumann, Gustav Mahler, Richard Wagner i Kurt Weill.
El Lieder o canción alemana es un género vocal y musical que, aunque tiene su origen en los siglo XV y XVI, vio sus más famosos exponentes en el romanticismo y el post romanticismo musical, pero se siguió cultivando hasta muy entrado el siglo XX. Proveniente de la más autóctona tradición musical germánica, el lied nace por un lado de la sensación de soledad e introspección y, por el otro, del gusto por retomar el pasado y las tradiciones populares, ambas características esenciales del movimiento romántico. Al definirse como "poesía para la música" es un género que se centra en el fraseo y la musicalidad antes que en la espectacularidad vocal y cuyos valores literarios pueden ser tan importantes como los musicales. El ser liderista puede considerarse como una especialización de los cantantes profesionales y no siempre un buen cantante de ópera es una gran cantante de lieder o viceversa.
En esta ocasión la soprano Nina Stemme, a quien en el Liceo ya la habíamos disfrutado en los papeles protagónicos de Jenufa (Leos Janacek) y Salomé (Richard Strauss), nos ofreció un recital formado por lieder poco interpretados de Robert Schumman (Meine Rose, Sie Sennin o Requiem, por ejemplo), además de otras muy famosas de Gustav Mahler, Richard Wagner y Kurt Weill, demostrándonos su capacidad para abordar ambos ámbitos.
La musicalidad de esta soprano sueca, el estilo y el fraseo tan elegantes, además de una voz que no cambia de color en ningún registro, redonda, oscura y aterciopelada, son algunas de las razones por las que disfrutamos tanto la velada. Nos llevó desde la plenitud del romanticismo con Schumman y Wagner, pasando por el post romanticismo de Mahler y terminó con la innovadora visión de Kurt Weill. Cada uno de estos autores tuvo un tratamiento especial y novedoso por parte de la soprano: pasamos de la claridad de Schumann, donde cada frase era un mundo de significados al de las pasiones contenidas cuando interpretó a Mahler. En general, su despliegue expresivo de matices fue inolvidable.
El mundo del lied es el mundo íntimo de las emociones, el lugar donde la belleza radica en lo sencillo y lo sutil. Un recital como este es una experiencia de perfección, elegancia y paz, que entiendo que decepcionaría a los amantes del despliegue de virtuosismo vocal, pero que fue inolvidable para los melómanos .