Malgrat haver estat privat del foc, el protagonista d’aquest muntatge, potser un Prometeu modern, és capaç d’emetre senyals lluminosos per tal de retornar als humans allò que els déus polítics i econòmics els neguen.
L’abril de 2012, en plena tempesta financera a Grècia, un jubilat, en Dimitris Christoulas, va decidir suïcidar-se d’un tret al cap davant el Parlament grec. Va deixar una nota esfereïdora on afirmava que es negava a haver de sobreviure buscant menjar entre les escombraries. Aquest fet, tràgicament significatiu de les tensions que suporten les classes mitjanes i populars europees, i en especial la gent gran, inspira el director Antonio Simón i el dramaturg José Sanchis Sinisterra. Aquest últim ha escrit la primera obra d’un nou projecte del Grec Festival de Barcelona: cada any, un autor escriurà una peça teatral sobre un tema contemporani utilitzant els principis formals del teatre grec.
Aquí, un grup d’ actors i actrius i un cor format per catorze joves graduats de l’Institut del Teatre compartiran amb el públic la història de Bartomeu, que intenta retornar a la humanitat el tresor que el Banc Mundial, expressió moderna de l’Olimp dels Déus, li nega: la dignitat. Com serà castigat aquest modern Prometeu? Sobreviuran els senyals lluminosos emesos per Bartomeu? Serem capaços de distingir-los enmig de la confusió del moment actual? Ho veureu en una tragicomèdia contemporània amb un fort component polític i social.
Una clara denuncia de los poderes fácticos que nos han llevado a la actual crisis, a este importante y peligroso paso atrás en todas las conquistas sociales y humanitarias de las últimas décadas. Un frívolo aleteo del frente monetario internacional puede suponer una crisis catastrófica para la clase media, que es quien sustenta, garantiza y mantiene el equilibrio y la esperanza de una sociedad. La permanente y ciega codicia de los poderosos ha provocado esta crisis de consecuencias aún imprevisibles que amenaza directamente a la gran clase media y trabajadora europea, el gran logro del final del siglo XX. La parte baja de esta clase media se va hundiendo en la precariedad y la pobreza, mientras la clase media-alta de esta clase media lucha por ir saliendo adelante empobrecida. El capital especulativo, de enriquecimiento rápido y por naturaleza amoral y sin ética, priva sobre el capital productivo que es el que crea riqueza colectiva. Las consecuencias a corto y largo plazo serán catastróficas. Por esa razón es imprescindible reaccionar, cubrirse contra las demagogias y actuar colectiva e individualmente desde abajo hacia arriba. Remodelar una democracia pervertida, a base de transparencia y descubriendo y castigando a los corruptos, legal y-o socialmente.
Todo esto está en el texto de José Sanchis Sinisterra, uno de los mejores dramaturgos y hombres de teatro actuales. Un jubilado hiperactivo, que acudió a esta sesión de estreno, saliendo a saludar junto a los actores y el equipo técnico. Partiendo del Prometeo encadenado de Esquilo, realiza un ejercicio de estilo en el que se mezclan la estructura de la tragedia griega con la del drama satírico, menos conocido, pero del que Aristófanes sería su mejor representante. Sanchis lo define como una comitragedia, un nuevo género teatral.
La gestación de una propuesta
Partiendo del reciente trágico-épico e impresionante auto-anunciado suicidio de un jubilado griego, Dimitris Christoulas, ante el Parlamento de Atenas, el director del Grec, Ramón Simó y el director de teatro Antonio Simón propusieron a su maestro José Sanchis Sinisterra la creación de un texto que denunciará la situación social y económica actual. Dos años cociendo a fuego lento hasta su estreno, ayer en el Grec. En escena siete actores, comandados por dos de los mejores actores catalanes actuales, Lluis Soler (Bartolomé) y Manuel Barcelo (Hermes, el emisario del poder) y un coro de catorce personas surgido de los graduados del Institut del Teatre que han trabajado duramente durante más de tres meses. Una escenografía, diseñada por Ramón Simó, centrada en una base de puente a medio construir de ocho metros de altura, sobre la cual se encadena Bartolomé y desde donde pretende suicidarse. Sobre la rocosa pared del fondo del Grec unas soberbias proyecciones diseñadas por Joan Rodón.
Esta iniciativa con espíritu de continuidad, nace como un proyecto pedagógico profesional del Grec y del Institut del Teatre. Con medios limitados y con el esfuerzo y la solidaridad de todos se ha conseguido este espectacular montaje de teatro social y de denuncia, que pretende concienciar y provocar una crisis de conciencia, a la vez que denuncia la pasividad de una sociedad perdida en la comunicación (incomunicación) virtual, de unos medios de comunicación cada vez más serviles al poder y a las audiencias masivas y la manipulación de unos y otros a una sociedad que se resiste a pensar y actuar por si misma.
En mi modesta opinión el texto, indiscutiblemente bien hilvanado, peca un poco de discursivo en algunos momentos y noto a faltar este punto de pasión, de emoción, en un coro (creo que es un problema de concepto, de discutible diseño sonoro) que no acaba de representar a los jóvenes actuales. Ni en las manifestaciones contra la ley Wert, ni en las de solidaridad con el colectivo de Can Vies, por citar dos ejemplos distintos, sonaba nada similar a estos cánones, ni a las canciones del espectáculo. Con todas sus contradicciones, los raps, el hip hop, los eslóganes y los cánones, nada de sones melódicos, sonaban más contundentes.
Un espectáculo que mueve a una positiva polémica. Un proyecto y un esfuerzo que merece aplauso y continuidad. Citados ya Soler y Barceló, gran “Duelo de Titanes escénicos”, destacar el buen trabajo de Tilda Espluga y Bernat Quintana, como los “filosóficos” policías (“esto es un acto de proyección simbólica, colega”), uno de los mejores aciertos de la obra, a María Molins, reportera-star televisiva de TVCapsa, con su camarógrafo, Xavier Ruano, Montse Vellvehí, que compone una divertida reportera de la emisora alternativa CañaDigital y el incansable y permanente trabajo de los entregados actores y actrices del coro.
Texto : ferranbaile@gmail.com