Concert de Dmitri Hvorostovsky

informació obra



Direcció:
Mikhail Tatarnikov
Companyia:
El pollo campero, comidas para llevar
Intèrprets:
Gloria March Chulvi
Sinopsi:

Programa

PRIMERA PART
Anton Rubinstein. The Demon: “Na Vosdushnom ocean”
Mikhaïl Glinka. Ruslan i Liudmila: Obertura
Piotr Ilitx Txaikovski La donzella de neu - Dansa dels Skomorokh (Orquestra) i Pikovaia dama: “Una vegada, a Versalles”
Serguei Rakhmàninov Aleko: “Tot el campament dorm”
Piotr Ilitx Txaikovski. Eugene Oneguin: Polonesa (Orquestra)
Aleksandr Borodín. Príncep Igor: “No es dorm, no hi ha descans…”

SEGONA PART
Gioachino Rossini. Guillaume Tell: “Resta immobile”
Giuseppe Verdi. Un ballo in maschera – Preludi acte II (Orquestra) // Don Carlo: "O Carlo ascolta…Io Morro"
Pietro Mascagni. Cavalleria rusticana – Intermezzo (Orquestra)
Giuseppe Verdi. Rigoletto: "Cortigiani, vil razza dannata”
George Bizet. Carmen: Preludi (Orquestra) // Ària d’Escamillo: “Votre toast Toreador”

Crítica: Concert de Dmitri Hvorostovsky

26/11/2016

Dmitri Hvorostovsky y la delicia de la música rusa

per Enid Negrete

Este bajo barítono ruso no necesita presentación. Es una de las estrellas de la ópera de los últimos tiempos y es bien sabida su calidad técnica e interpretativa. Lo más difícil que puede suceder con este tipo de estrellas de la ópera es que no cumplan con las expectativas de un público que lo ha oído en sus grandes noches en vivo o en transmisiones diferidas y grabaciones. Lo que pasa con Hvorostovsky es que no decepciona. La homogeneidad del registro, la presencia escénica, la fuerza y su carisma, son los sellos de su trabajo.Sobre todo en el aria de la ópera Aleko de Rachmaninov, Hvorostovsky hizo gala de un excelente fiatto y un fraseo impecable.

En esta ocasión, además, abordó un repertorio bellísimo, lejos de los límites conocidos de la ópera rusa, llevándonos a los mundos maravillosos de Anton Rubinstein, Mikhail Glinka, Serguei Rachmaninov, o Alexander Borodin. Música brillante, vital, de una variedad, lirismo y calidad de composición, que sorprende que no se interprete con más frecuencia y que este recital no hubiera sido dedicado totalmente a este repertorio. 

La orquesta fue dirigida por Mikhail Tatarnikov, que hacía su debut en el Liceo y que es el director musical del Teatro Marinsky de San Petersburgo, lo cual garantizaba la ejecución de las partituras rusas con una gran cercanía a la tradición. Los momentos estelares de la orquesta fueron la Danza de  los Skomorokh de la Doncella de nieve de Tchaikovsky y el intermezzo de Cavalleria Rusticana de Pietro Mascagni.

La segunda parte  se acercó más a los lugares comunes del repertorio italiano, como Un ballo in maschera, Rigoletto y Don Carlo, además del Toreador de la  Carmen de Bizet y un aria del Guillaume Tell de Gioachino Rossini. Lo cual garantizó el éxito, pero nos dejó con muchas más ganas de seguir descubriendo el repertorio ruso, al parecer inagotable y siempre sorprendente.