La història demostra que tenim la capacitat d’acceptar, contemplar i, fins i tot gaudir de l’espectacle que suposa la decapitació d’una persona. Cutting Edge ens interroga sobre aquesta fascinació: quin és el sentit simbòlic de la decapitació? Per què el número del cap tallat és un clàssic en el món de la màgia?
Entre l’humor negre i la tragèdia minimalista,
Cutting Edge combina la màgia, el
barroquisme, la dansa contemporània i les
arts visuals en una peça que explora la part
més brutal de la nostra cultura.
(...)
Un espectáculo basado en la fascinación humana por la decapitación, eso sí todo él basado en el mundo de la magia, del ilusionismo. El problema estriba en que para hacer un espectáculo de magia es necesario que el espectador no vea el truco, se crea la magia, y aquí la compañía finlandesa se estampa con todo el equipo.
Ni la puesta en escena, bastante espectacular, pero para ser francos, nada que no hayamos visto en otros espectáculos internacionales, ni la interpretación de unos textos que realmente aportan poco, pueden salvar al espectáculo de entrada técnicamente fallido.
La última imagen, excesivamente alargada para mi gusto, nos ayuda con el mal sabor de boca inicial. Pero un espectáculo es un conjunto de cosas no sirve con haber pensado un buen final.