El beso

informació obra



Direcció:
Jessica Walker
Companyia:
Laboratorio Teatro
Sinopsi:

“El beso”, novena obra de Compañía Laboratorio, és una experimentació al voltant del gest universal més emblemàtic de la Història. Situat en una delirant cuina envaïda per la poètica de la tardor i la seva melancolia, el muntatge explora el petó com a traductor de l'amor però també com a fita històrica, acte polític o símbol místic.

Tot això sabent que és impossible definir el que encén un petó, perquè cada petó és únic, atemporal, present i etern.

Crítica: El beso

26/05/2024

Las imprevisibles consecuencias de un beso.

per Ferran Baile

Las palabras se muestran incapaces para definir un sentimiento. El beso, la acción de besar, las múltiples sensaciones que puede generar este hecho y sus consecuencias se reducen a un verbo y a un sustantivo, besar-beso.

La compañía Laboratorio Teatro, con su peculiar estilo, se zambulle en su último espectáculo en indagar sobre esta acción. El beso como puerta abierta a la pasión y un cúmulo de sensaciones y sentimientos incontrolados. El beso como prueba de amor y de ternura. El beso indeseado. El beso fruto de la violencia. El beso experimental motivo de agrado o frustración. Ese primer beso.

Los besos protocolarios, los besos profesionales (actores-actrices), los besos esperados y que nunca llegaron, los besos que pudieron ser pero nunca se dieron, los besos soñados, los besos olvidados, los besos traidores. Deseo, amor, curiosidad, odio, asco, desagrado, son múltiples los sentimientos que puede despertar un simple beso y sus secuelas.

Una cocina y un suelo alfombrado de hojas

Drama y comedia se unen en este continuo de escenas, individuales (solos), a dúo y colectivas. La compañía nos ubica en una cocina, a ritmo frenético, alocado, desbocado, en donde sus cocineros, pinches y camareros muestran sus sentimientos y recuerdan su último beso. Con un juego de ágiles movimientos los muebles de la cocina y sus utensilios van cambiando de lugar y abriéndonos distintos espacios escénicos. El público está ubicado circundando el espacio central de la nave en ¾. El suelo es una alfombra de hojas de colores otoñales, que llenan el ambiente de melancolía, mientras suena Les feuilles mortes, cantada por el gran Yves Montand, más tarde Et maintenant de Gilbert Becaud y Lucía de Joan Manuel Serrat. 

La soledad, nunca deseada. El amor perdido. La tristeza y-o el rencor por el amor no compartido. La locura del deseo irracional.

Las escenas se suceden y los intérpretes, espléndidos, pasan del desenfreno de un baile colectivo cantando Solo se vive una vez (la mítica canción de Consuelo Velázquez), a la reflexión más profunda.

Escenas dramáticas, se unen a otras hilarantemente cómicas, como esta pasión desenfrenada a la italiana o ese pasacalles colectivo para hacer saber sus deseos a la virgen, a la Madona, o ese delirio de celebración del año chino. Al final de nuevo el drama con la desesperanza de Judas (proscrito y sin ningún nacido bautizado con su nombre), elegido-utilizado por Dios para personalizar el beso traidor.

Un gran trabajo interpretativo

Los actores nos ofrecen una gran labor interpretativa tanto individual como colectiva: Manuel Almonacid, Júlia R. Aymar, Germana Gentile, Carlos Martín Peñasco, Paloma Remolina Gallego, David Soler Close, Roser Vallvé y la propia Jessica Walker que dirige el conjunto, poniendo voz en off y estando al cargo de la parte técnica. Pese a que el trabajo, como la dramaturgia, son colectivos, y todas-os destacan por igual en sus respectivos y sucesivos personajes, cabe destacar a Carlos Martín Peñasco por su especial ductilidad y capacidad para dar vida a personajes marcadamente cómicos como el chef de cocina chino o al despechado chef, que añora y odia a su Jean Paul, i al atormentado Judas o al no menos atormentado hombre solo que da rienda suelta a su pasión desenfrenada.   

Una directora-pedagoga creadora de un fascinante estilo propio

Jessica Walker es actriz, directora y pedagoga, vinculada al teatro experimental, a la búsqueda espiritual y al crecimiento personal. Es licenciada en actuación teatral por la Universidad de Chile y formada en danza en el Centro Espiral. Vinculada a Le Théâtre du Mouvement, al Circo Ruso de Popov y parte del grupo fundador del Teatro del Silencio, la compañía más importante de teatro experimental en Chile. En 1998 dejó la compañía y creó un monólogo, Meditación o la pregunta que tropieza (sobre la extinción de los aborígenes del sur de Chile), con el que viajó a Europa y entre otros lugares actuó en el ya desaparecido Teatre Malic de Barcelona. En 1999 se instala en la ciudad condal para crear el Laboratorio Escuela de expresión corporal dramática, ubicado al inicio junto al Teatre Goya i actualmente en el corazón del barrio de Sant Antoni (passatge de Sant Antoni Abad, entre las calles Urgell i Compte Borrell, muy cerca del Mercat). Da constantes conferencias, cursos y seminarios, por distinto países de Europa y especialmente en Latinoamérica. En el 2013, funda la ONG Laboratorio de Artes para el desarrollo humano y la Compañía Laboratorio Teatro con la que ha estrenado nueve montajes. Sus montajes exhiben un trabajo de experimentación que se adentra en el teatro ritual, el diseño corporal-teatro orgánico y la dramaturgia colectiva. Su primer espectáculo fue Hambret (2014), al que siguieron Altazor (2015, que fue multipremiado en el Festival Cenit de Sevilla y se presentó en el Festival off de Avignon), Hematología y Quien va! (ambos en el 2016), Así habó Zaratustra (2017), Helen (2018), Allende (2019), Shakespeare y cía (2021), Lorca (2022) y El beso (mayo del 2024).

Para saber más: www.laboratorioescuela.es/jessica-walker y la-compañia, facebook.com/laboratorio.escuela

 

 

text : ferranbaile@gmail.com