Joyce DiDonato

informació obra



Autoria:
Marc Artigau
Companyia:
La Perla 29
Sinopsi:
Una de les dives més estimades pel públic del Liceu torna amb un recital a piano després del seu aclamat èxit com a Maria Stuarda i Cendrillon.

«L’alegre art de Joyce DiDonato ens recorda que en qualsevol generació hi ha alguns gegants. Joyce no només és una gran, valenta i inspiradora artista –una de les millors cantants del nostre temps– sinó també és una presència transformadora en les arts. Els que la coneixen admiren els seus dons, i els que no la coneixen s’hi entreguen a l'instant. Joyce canta i el món és de sobte més brillant. Ella ens obliga a escoltar activament, a escoltar de una forma diferent». Jake Heggie, Gramophon


Crítica: Joyce DiDonato

31/05/2016

Joyce di Donato: Cantar bien, solo eso y todo eso.

per Enid Negrete

Es muy difícil escuchar a Joyce di Donato y no caer en halagos. Es una cantante con una hermosa voz de mezzo, quizá no con demasiada extensión, no con un tamaño espectacular, pero es, simplemente, una cantante de primer nivel. Cada frase, cada coloratura y cada estilo son respetados e interpretados con un gusto exquisito. No hay diferencia de emisión en los registros y las coloraturas, adornos y virguerías vocales nunca están demás ni fuera de sentido dramático o expresivo. Hay una personalidad propia, un sello de artista, una cantante en todo lo que eso significa.

En esta ocasión, después de habernos enamorado en temporadas pasadas con La CenerentolaCendrillonMaria Stuarda (quizá la única producción que creo una gran polémica con respecto a su trabajo) y recientemente con Romeo, nos regala un recital donde aborda desde la canción antigua italiana hasta la española del siglo XX, pasando por arias barrocas y chanson française. 

A su lado y con el certero acompañamiento de Craig Terry, vivimos momentos inolvidables, como su versión de Lascia ch’io piangia… de Haendel, (donde es tan difícil lograr una interpretación personal que aporte algo a un aria tan conocida y que, sin embargo, con ella es como si la oyeras por primera vez) o como su paso por el Rossini menos conocido, pero siempre difícil en sus coloraturas, que parecen la especialidad de esta artista para desplegar no sólo su virtuosismo vocal, sino también su encanto personal y su carácter ameno y divertido.

No la habíamos escuchado en el repertorio español y fue todo un descubrimiento, sobre todo porque aquí pudo echar mano de su carácter juguetón y desenfadado. En realidad en este recital tuvo para agradar a todos los gustos: Virtuosismo vocal, frases musicales maravillosas, canciones divertidas y esa cosa casi alquímica que tienen los grandes cantantes de hacerte sentir privilegiado por estar ahí.

El Liceo enloqueció. Tuvo que dar tres bises. Fue muy aplaudida, como ha sido aplaudida siempre en este teatro, como no puede dejar de serlo una cantante que nos entrega un trabajo de su categoría. Pero, una cosa que de verdad está empezando a ser un problema en el Liceo es el comportamiento del público: no se puede toser de esa manera durante todo el concierto, no se puede tener el móvil en vibración y que esté gimiendo a tu lado. Al parecer no fui la única que lo notó, hubo un espectador que gritó su inconformidad a mitad del concierto y tengo que admitir que con toda razón.  El respeto al trabajo de los artistas empieza aquí y más cuando estamos en un recital de esta calidad.