Giacomo Puccini va compondre La Bohème l’any 1896, òpera de quatre actes que es va estrenar el primer de febrer de 1896 al Teatro Regio de Torí, Itàlia. La història té lloc a la dècada de 1830 a París, França. L’òpera es basa en una col·lecció d’històries entrellaçades d’Henri Murger, publicada el 1851, i segueix el format estàndard de l’òpera italiana; consta d’àries, duets i concertants de gran fama mundial. La història mostra vinyetes de joves bohemis que van viure al Barri Llatí de París i se centra en les relacions còmico-tràgiques dels personatges i els seus amants. Versió escenificada de dues hores: Orquestra simfònica, solistes, cor, vestuari. Més de 70 artistes a escena!
Novaria artists es una organización cultural que cumple este año su primera década de existencia. En uno de los recintos icónicos de Barcelona, como el Palau de la música, esta compañía le da oportundiad a cantantes jóvenes para interpretar los papeles más emblemáticos de la tradición operística, creando un ciclo que incluye una orquesta propia, lo que no es poca cosa.
En esta ocaisón hicieron una representación de La Bohème de Puccini, adecuando la producción al espacio escénico del Palau, que por su naturaleza concertística no tiene las instalaciones de tramoya que aocmpañan las escenificaciones de ópera. Por lo tanto el diseño se ha hecho exprofeso para el hermoso escenario modernista.
La producción es muy tradicional, pero con todos los elementos de la ficción planteada por la partitura y aunque la orquesta es menor al original, se debe decir que no afectó ni en sonoridad ni en emotividad.
Los dos personajes femeninos fueron lo mejor del cast. La soprano Sarah Zhai Strauss, mostró su hermosa voz lírica ya con un cuerpo interesante, un lindo fraseo y un cuidado trabajo de matices. Mientras que Laura Brasó, nos dejó una muy extorvertida actuación, aunque debemos decir que la emisión algunas veces es muy abierta y llega a pecar de un exceso de vibrato, pero hizo una interesante Musetta. Hermosa voz la del tenor Vicenç Esteve, pero quizá todavía carente del cuerpo que necesita un personaje como Rodolfo y no siempre homogéneo su timbre en todos los registros. Cerrando el cuarteto de protagónicos Alberto Cazes hizo un Marcelo más eficiente escénica que vocalmente.
Un cuidadoso trabajo, que permite mostrar voces, creadores y obras iniciadoras tantos de los artistas como del público en el arte operístico. Una iniciativa que nos contgratulamos en aplaudir y cuyos resultados son una realidad insoslayable.