Òpera en dos actes (sobretitulada en català).
Text de Jacopo Ferretti, basat en part del conte de Charles Perrault i en part en el llibret de Charles-Guillaume Éttienne per al compositor maltès Niccolò Isouard.
Estrenada al Teatre Valle de Roma, el 25 de gener de 1817.
La ópera buffa es una heredera directa de la comedia clásica y de la comedia del arte. Gioachino Rossini (1792-1868), como uno de sus máximos exponentes, nos deja en La Cenerentola, una de las obras arquetípicas del género.
La trama quita toda referencia a la magia del cuento de hadas y nos habla en términos didácticos de la comedia clásica, donde el vicio era ridiculizado por los personajes virtuosos, con una música chispeante, lo que hace una obra maestra divertida y hermosa. Los personajes son arquetipos de carácter, que se dividen en virtuosos o viciosos, con detalles de la comedia dell'arte italiana.
En esta ocasión la Asociación de Amigos de la ópera de Sabadell nos regala una producción muy sencilla, sin lujos ni aspavientos, pero llena de detalles. Traslada la historia a los años 20 del siglo pasado y nos deja ver un mundo tan alejado de la realidad que nos lleva a reflexionar sobre la naturaleza humana.
De muy buen nivel la Angelina de Carol García, llena de encanto, muy segura en toda la coloratura, con una voz aterciopelada y de un hermoso color. Menos seguro estuvo el príncipe Ramiro, interpretado por Pablo Martínez, quien posee una vos de muy bello timbre y agudos fáciles pero sin mucho cuerpo. Carlos Pachón hizo un Dandini jovial y divertido, mientras que Fernando Álvarez construyó un Don Magnífico con un gran trabajo actoral, de mucha mayor calidad que el vocal.
Una grata sorpresa fue la Tisbe de Anna Tobella, que llenaba el personaje de una voz redonda y bella. Su hermanastra Clorinda fue interpretada por Elisa Véles con una voz algo estridente en los agudos y que se notaba cansada al final de su aria, pero su trabajo corporal e interpretativo es muy eficiente y profesional. Cierra el elenco Marc Pujol como Alidoro, quien logró una creación de personaje muy interesante.
Quizá el tono cómico estaba un poco sobre pasado en algunos momentos, pero se debe decir que la dirección de escena aprovechó todos los recursos a su alcance.
Por su parte la orquesta se mostró menos segura en los pasajes más difíciles de la partitura, con unos crescendos a los que les faltaba amplitud y sonoridad, además de algunos desajustes en las cuerdas, no así el coro que parece disfrutar cada segundo que pasa en escena.
Un montaje con el que pasar una velada divertida y edificante que, como en otros años, la AAOS nos trae para enriquecer la vida cultural catalana.