Els llenguatges més diversos es combinen en aquesta adaptació a l'escena de la novel·la homònima, una proposta diferent de tot el que estem acostumats a veure. Els actors i actrius es mouen entre dues pantalles transparents sobre les quals es projecten imatges, de manera que el cinema, el teatre i una música composta especialment per a l'espectacle es converteixen en els instruments que fa servir la companyia per explicar-nos una història.
És la de María Margarita, una dona que recorda una infantesa dedicada a explicar i representar per als seus familiars i amics (i especialment per a un pare que patia una discapacitat), els films que havia vist. Les habilitats extraordinàries d'aquesta dona en l'art d'explicar pel·lícules animen la vida del poble on viu, un centre productor de nitrat de Xile que va de camí a la desaparició. Tot passa en un univers visual fet de la pols del desert (creat a partir de la barreja de moltes imatges diverses del desert xilè) on, en un joc visual laberíntic, es combinen perspectives diverses i plans de gairebé 360 graus al voltant dels protagonistes.
Tot plegat, una realitat visual paral·lela que emergeix davant dels ulls dels espectadors i els enlluerna amb un teatre de la llum i l'acció que integra llenguatges artístics diversos.
Arrollada por la historia y fascinada por la forma de contarla, intento ahora desanudarla para comprender mejor los hilos con que Teatrocinema ha tejido este gran espectáculo. Parte de una novela que habla de literatura, pero no de escritura literaria sino de literatura oral -de teatro en su forma más simple, la voz, el gesto y unos pocos elementos de atrezzo si los hubiere. Habla de la capacidad de crear imágenes con la palabra dicha, de recrear mundos remotos y de abrir horizontes a gentes atrapadas en su ruda, árida y desértica cotidianidad. Esto es por sí mismo un gran punto de partida. La novela homónima de Hernán Rivera Letelier (Talca, Chile, 1950) es de 2009, en ella se narra la vida de María Margarita, hija de un barrenador empleado en la extracción de nitratos en Atacama. Un accidente laboral rompe la familia y la protagonista descubre la pasión por explicar y escenificar películas. El propio autor pasó su infancia en uno de los poblados mineros del desierto chileno; de joven, encontró en el cine refugio y escuela. La compañía chilena Teatrocinema, desde hace años dedicada a encontrar la confluencia entre el lenguaje teatral y el cinematográfico en sus espectáculos, encuentra en esta historia la horma de su zapato. El espacio de representación teatral se circunscribe al reducido marco entre dos pantallas en las que se proyecta, no sólo la cambiante escenografía, sino una multitud de efectos que amplían el relato y lo dotan de dimensiones extraordinarias. Con tan sólo cinco actores en escena, Teatrocinema ofrece un espectáculo de amplios horizontes en el que se unen las posibilidades del cine y la inmediatez del teatro. Es cierto que la dicción forzada de los actores y los cambios de tesitura, sobre todo de la protagonista -quizás buscando emular o parodiar el antiguo doblaje de las películas- crea distancia y hasta un cierto rechazo. Pero, superado este escollo, el relato nos atrapa y va completando una historia de gentes cuyas vidas cayeron en el olvido, gentes extrañas a los libros de historia. Porque, aun siendo María Margarita la protagonista absoluta del relato narrado en primera persona, su voz no hace otra cosa que poner en valor la de quienes compartieron su infancia y juventud.