Má nació como una niña de apariencia normal, solo que vino al mundo vacía por dentro. Así que su madre decidió llenarla de Amor y Alegría, de Asombro y Generosidad. Y llegó a estar tan llena que al hacerse mayor decidió dedicarse a curar la “tiricia” convirtiéndose en “Maromera”. Lo hacía realmente bien. Pero un día la brutalidad del mundo se le presentó con tal crudeza, que su corazón se llenó de la “tiricia” que antes curaba. Solo la complicidad de un público generoso podrá curar a Má de su profunda “tiricia”, un público dispuesto a reírse de sí mismo y a regalarnos sus lágrimas entre canciones y “machincuepas”.
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