Marc Martínez presenta Mal Martínez. Un espectacle que gairebé és concert, perquè hi haurà els instruments de tota la banda, tot i que només hi hagi un músic. Un espectacle que gairebé és autobiogràfic, tot i que potser de vegades és difícil acceptar les veritats sobre l’escenari. Un espectacle que gairebé és un viatge vital, fins i tot psicoanalític, per l’actor i qui sap si també pel públic.
Després de fer de presentador, actor, cantant, pallasso i “mataiaies”, ara Marc Martínez presenta un espectacle molt personal que no us deixarà indiferents.
Espectacle finalista al Premi de la Crítica per a joves 2016
Después del shock dramático de la bestialidad policial del pasado 1 de octubre, mi cuerpo y mi cerebro no estaban preparados para ver nada que requiriera un poco más de concentración. Nada de dramas, ya estamos viviendo uno en propia piel. Así que ni corta ni perezosa me apunté a una terapia garantizada de risas, Humor i Hòsties.
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Treinta años de tablas se notan, y mucho, Marc Martínez, tras 10 meses paseando el show, le ha cogido todos los puntos y lo maneja a su antojo, adaptándolo a los últimos acontecimientos político-sociales, con numerosos guiños al público. No sabemos nada de la cuarta pared, el público está presente durante las casi dos horas de duración (que se dice pronto pero para un monólogo es una duración casi extrema), somos parte de un mismo barco.
La dramaturgia toca todos los palos de la emoción, pero sin caer en sentimentalismos. Es una espectáculo hecho a imagen y semejanza de su creador:gamberro, divertido, crítico, rebelde, multicultural, desde la Catalunya real y para la Cataluña real. Todo un arma de seducción masiva que engancha al público durante dos horas de risas non-stop en un monólogo que no deja títere con cabeza.
Una hora puede ser infinita, pero aquí no nos hubiera importado pertenecer a ese infinito, dos horas que han pasado volando. Anécdota tras anécdota hemos llegado al final per con la sonrisa todavía reflejada en el rostro y tarareando las canciones, la rumba catalana ya lo tiene, se te van los pies por mucho que la tristeza esté todavía presente. Hemos salido ganando, dos horas de normalidad. Y aunque sólo sea por un momento, la burbuja del teatro nos ha hecho soñar con la idea de que todo es posible.