Després de sis mesos de tancament sense actuacions com a conseqüència de la COVID-19, el Liceu reobria amb un triomfant recital amb dues veus molt estimades al teatre: Sondra Radvanovsky i Piotr Beczala. Durant aquest temps (i per l’acció artística d’Eugenio Ampudia) només 2.292 plantes havien pogut ocupar les butaques.
Va representar un èxit rotund. Un públic emocionat gaudia de valent de dues de les millors veus del món (novament en viu) i les rebia amb entusiasme. Per tancar el cercle d’aquell retorn a la normalitat, el Liceu convida de nou dos amics del teatre a reviure aquell moment i deixar testimoni de la superació de tot plegat.
Dos artistes estimats, elegants, càlids en el fraseig, valents en l’agut i amb dosi de temperament i passió que s’entregaran a fons amb la seva generositat habitual i un programa farcit de temes de la gran òpera: Verdi, Puccini, Giordano o Mascagni, entre d’altres.
Intensitat emocional i interpretacions apassionades per sanar un període convuls de la història de la humanitat i una invitació a un recital memorable on cada ària o duet serà d’antologia. Una autèntica festa vocal.
Desde su entrada Sondra Radvanosky recibió una ovación tan cálida que le emocionó profundamente. Como siempre, su desempeño es extraordinario. Una capacidad especial para hacer pianísimos, una expresividad intachable y un cuidadoso fraseo, son las características a las que tiene acostumbrado a sus espectadores. Abrió el recital con "Sola, perduta abandonata..." de la Manon Lescaut de Puccini, una ópera que no le hemos visto en escena pero sí se le ha escuchado en otro recital.
Piotr Beckzala por su parte, nos sorprendió con una emisión mucho más segura que la última vez que se le escuchó en este teatro, un fraseo muy emotivo y una fuerza vocal impresionante. Obtuvo una merecida ovación por su interpretación de la "Recondita armonia..." de Tosca también de Puccini y que no se le ha escuchado en el Liceo.
Ambos mostraron una gran complicidad en todos los dúos que interpretaron en este programa. En la primera parte fue el del primer acto de Tosca, mientras que en la segunda parte hicieron el de Aida, con un fraseo digno de mención y la novedad para sus seguidores del Liceo: Rusalka de Dvorak.
El "Vissi d'arte..." de Radvanovsky es uno de los grandes lujos de la ópera de nuestros días y el emotivo "E lucevan le stelle" de Beckzala cerró exitosamente la primera parte.
En la segunda parte se echó mucho de menos a la orquesta, porque estas obras a piano pierden una gran parte de su fuerza. Sin embargo el si bemol de "Celeste Aida" en un absoluto pianísimo de Becksala dejó una huella imborrable, y los pianísimos llenos de intención del "Ritorna Vincitor" de Radavanovsky, nos recordaron su ya lejano debut en este papel el Liceo.
La última parte del recital incluía dos arias y el dúo de Rusalka, ópera que ninguno de los ha cantando en este teatro. La atmósfera de magia y la sensación sobrenatural fueron sus logros principales. Aunque es más famosa el aria para soprano, la verdad es que el aria para tenor es también una partitura muy bella y el dúo es de un dramatismo intenso. En esta parte del recital es donde más se echó de menos a la orquesta, pero más se disfrutó de la novedad de escucharlos con una obra tan compleja como hermosa.
Tres ancores que incluyeron "La mamma morta..." de Andrea Chenier de Giordano aria que bisó en el teatro hace algunos años Radvanovsky, y Lehar cerraron el programa con un éxito enorme. La calidad de los intérpretes es indiscutible, es muy difícil pensar en otros dos cantantes que puedan abordar el verismo con este nivel en nuestro días.