Silvia Marsó vuelve a demostrar su categoría como actriz, con una perfecta vocalización, pleno dominio de la escena y su dominio vocal también como cantante. Asume la parte principal en el texto y las canciones, pero muy bien secundada por la actriz Gracia Fernández, magnífica también en la parte, hablada, cantada y gestual, con una gran expresividad en sus silencios. Ambas se compenetran perfectamente, enamorando al espectador. Son la gran baza de este espectáculo, que quiere homenajear a Victorina Durán (Madrid, 1899-1993), escenógrafa, diseñadora de vestuario, pintora, pionera feminista y una de las activistas culturales más destacada de las décadas de los años veinte y treinta en España.
El texto
Eva Hibernia, concibe el espectáculo desde un inicio onírico y lleno de simbolismos, fantaseando con el espíritu de Victorina, perdido en un almacén de objetos escénicos y de uso común diversos. Un lugar guardado por una especie de duende, Querubín. Pese al buen uso del lenguaje, esta primera parte del espectáculo, excesivamente larga, no consigue los fines deseados y confunde al espectador. La voluntad de navegar por diversos lenguajes artísticos, tarea nada fácil, termina por lastrar un montaje que empieza a brillar y entrar en contenido, en su segunda parte. Cuando se habla de Victorina, su vida, su entorno histórico y su obra artística y social, es cuando el espectáculo entra en una fase de interés creciente y que permite ciertas licencias poéticas, más eficaces (la aparición del espíritu Ramón del Valle Inclán, deliciosamente interpretado por una caracterizada Gracia Fernández).
Una figura clave en la cultura española del siglo XX
Victorina Duran nació en el ámbito de una familia burguesa, tradicionalista y culta, hija de una bailarina del Teatro Real de Madrid y un militar de carrera. Al ser rechazada por la familia su voluntad de ser actriz, decidió estudiar dibujo y pintura en la Real Academia de Bellas Artes (1917-1926), iniciando una brillante trayectoria como diseñadora de indumentaria y arte escenográfico y también como pintora. En 1929 ganó la cátedra en indumentaria y Arte Escenográfico, siendo la primera mujer española que consiguió dicho puesto. Conoció a personalidades como Margarita Xirgu y Federico García Lorca, para cuyas compañías concibió decorados y vestuario. Trabajó en la creación del TEA (Teatro Escuela de Madrid) y colaboró activamente en el Lyceum Club Femenino (1926-1939), inspirado en los clubs femeninos creados en Europa al estilo del de Londres (1904). En estos espacios que eran lugar de encuentro de destacadas escritoras, artistas, científicas y activistas en causas sociales, se defendían los intereses de la mujer. Era un lugar aconfesional y apolítico, en el que además se impulsaba el desarrollo educativo, cultural y profesional de la mujer. En 1931, se fundó el de Barcelona. Con el desenlace de la guerra (in)civil, se trasformó en el Club Medina y paso a manos de la Sección Femenina de la Falange Española. Sin comentarios.
Con el estallido de la Guerra Civil, Victorina se exilió y viajo con la compañía de Margarita Xirgu a Argentina. Se estableció en Buenos Aires donde realizó una gran labor y llegó a dirigir el Teatro Cervantes y posteriormente el Teatro Colón, el teatro insignia y más importante de Latinoamérica. Como pintora expuso en diversos países Uruguay, Brasil y Chile, y también en Europa, en Alemania y Francia.
En 1949, rompió su exilio para venir a España a colaborar con Salvador Dalí en el estreno de Don Juan Tenorio, dirigido por Luis Escobar, en el Teatro Nacional Español. También se hizo una versión en el cine. En la década de los años 80, llegada la democracia, se estableció definitivamente en Madrid. En sus memorias dejó expresada su apasionada militancia en el lesbianismo en el contexto de una España rancia e intolerante, aspectos que vuelven a aflorar en los tiempos presentes.
Un espectáculo poético, simbólico y realista
Victorina es sin duda un espectáculo interesante. En primer lugar por el virtuoso trabajo de las dos polivalentes actrices y cantantes, que salvan con sus recursos y registros y su perfecta compenetración, los vaivenes del texto y la puesta en escena. Segundo porque dicho lo dicho, el texto tiene momentos brillantes y un uso del lenguaje muy digno de tener en cuenta. El montaje es meritorio y tiene escenas muy conseguidas, este en el texto o sea un acierto de montaje, como esa luna lorquiana en forma de plato, que se precipita desde lo alto para romperse estrepitosamente al saber del asesinato de Lorca, el juego de sombreros en referencia al movimiento feminista (Lyceum Club y la manifestación de las sin sombreros) o este excelente pase de fotografías imprescindible, concebido o no dentro del espectáculo o añadido como un extra, que facilita ampliar la información sobre lo que representó el movimiento feminista de la época que el texto del espectáculo apenas muestra. El día del estreno desacertadamente se pasó después de los aplausos y cuando el público iniciaba su salida. Como todo espectáculo no rodado, recién estrenado, irá puliendo las deficiencias que afloraron la noche del estreno y que no impiden que sea un espectáculo muy necesario y francamente recomendable. La dirección de Marc Vilavella, tan acertado en sus espectáculos con La Barni, es competente, pero no consigue encontrar el ritmo adecuado. Gustavo Llull compone una acertada música en la que incluye canciones de claro espíritu picaresco, características del teatro de revista de la época.
La autora
Eva Hibernia (Logroño, 1949), es dramaturga, poeta, narradora . Licenciada en Dramaturgia por la Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid y Doctorada en Humanidades por la Universitat Pompeu Fabra de Catalunya, ha publicado más de 30 obras de teatro propias, además de diversas adaptaciones. Ha estrenado en el Teatre Nacional de Catalunya, donde fue autora residente del 2006 al 2009, Teatro Español de Madrid, Sala Beckett, Espai Brossa, Teatre Tantarantana y Sala Cuarta Pared (Madrid). Sus obras han estado traducidas al inglés, francés, portugués, italiano, griego y catalán. Junto al dramaturgo Albert Tola (estos días tiene dos obras en cartelera, Besame Mucho-La Gleva y Las malas noches de Amir Shrinyan- Dau al Sec), fundaron la Plataforma de asesoría dramática y de literatura-Coaching de Escritores. Para saber más, https://evahibernia.blogspot.com
El director
Marc Vilavella (Barcelona, 1979), es actor, director y cantante. Licenciado en Interpretación en l´Institut del Teatre de Barcelona. Ha cultivado desde los inicios el Teatro Musical e Interdisciplinario. Fundador y director de la compañía La Barni, junto a la actriz Gracia Fernández y el compositor Marc Sambola, en el 2006, con la que han creado y llevado al escenario los magníficos espectáculos, Le llaman Copla y Ojos verdes (Teatre Gaudí y gira) y La Filla del Mar (Teatre Condal). Más información, https://labarni.wordpress.com
El compositor
Gustavo Llull (Puan, provincia de Buenos Aires, Argentina, 1969), es pianista, compositor, interprete y profesor. Desde el año 2000 esta reside en Barcelona donde esta desarrollando una intensa labor en el campo de la dirección coral (Coral Maricel de Sitges), acompañamiento de cantantes (Mone, Mariona Castillo, promociones segunda y tercera de OT), grabaciones discográficas (Desglaç de Miguel Poveda) , dirección de espectáculos musicales (Poe de Dagoll Dagom, Funny Home), participación en grupos de música argentina (Quinteto Porteño del bandoneísta Marcelo Mercadante), composición musical para espectáculos y docencia (profesor en las escuelas Eolia y especialmente en Aules y ESMUC). En el 2017 hizo un master de órgano en el ESMUC, y como organista ha realizado varias giras por Francia. Más información en www.aules.net/es/gustavo-llull
Las actrices
Silvia Marsó es sobradamente conocida, nacida en el Poble-sec, actriz, cantante, presentadora, productora. Actriz de amplios registros trabaja y produce teatro y espectáculos musicales y también se la puede seguir en producciones televisivas y películas. Ha realizado gran parte de su carrera en Madrid, pero en Barcelona la pudimos ver recientemente en varios espectáculos del Teatre Nacional de Catalunya (L'emperadriu del Paral.lel i El gran teatro del mundo, dirigida por Xavier Albertí, 2019) y en sus producciones propias, 24 hores en la vida d'una dona, musical basado en el texto de Stefen Zweig, que quiso traducir y interpretar en catalán en su estreno en el Teatro Condal (2018). Este espectáculo se estrenó en el Teatro de la Abadía de Madrid y fue distinguido con el premio al Mejor Musical de aquel año. Este mismo año la hemos podido ver, también con producción propia, el concierto musical Blues&Roots, junto a Del Toro Blues Band (Luz de Gas, 12 de abril). Para más información, www.silviamarso.com
Grácia Fernández, proviene de la Escola Aules, estudios que complementó con continuos cursos de formación en las diversas áreas. En el 2004 se inició como profesional. Junto a Marc Vilavella y Marc Sambola fundó la Companyia La Barni, con la que estrenó los espectáculos, Ojos verdes (estrenada el 2009 y que sigue representándose y que le valió una nominación a los premios Butaca), Le llaman Copla (2012-2013) y La filla del mar (2021). A destacar también el premiado músical, Ordinary days (2016) y Flor de nit (2015-16, Almería Teatre). También la hemos podido ver en diversas series televisivas. Para saber más, www.graciafernandez.es
Precedentes escénicos.
Nos constan dos destacados espectáculos que se basaron en el Lyceum Club Femenino. El el País Vasco y concretamente en el Teatro Arriaga de Bilbao en el 2019, se estrenó el espectáculo Lyceum Club, refugio feminista, dirigido por la dramaturga María Goiricelaya (Bilbao, 1983, https://dramatico.mcu.es/maria-goiricelaya-buron), en el que se citaba a Victorina Durán. En el 2022, en el Teatre Tantarantana de Barcelona, la compañía Les Fugitives, estrenó El club oblidat, Barcelona Lyceum Club, que se centraba en el club creado en Barcelona. www.lesfugitives.cat
text: ferranbaile@gmail.com
