Buffalo Bill no només va ser un mític explorador durant les guerres índies (la colonització dels EUA) o un reconegudíssim caçador de búfals, va ser el primer famós de la història. Va tenir la “brillant” idea de muntar un circ amb els supervivents de la conquesta de l’oest, amb cowboys i indis. L’èxit va ser tan espatarrant que Buffalo Bill es va convertir en una icona i alhora un mite de la masculinitat hegemònica que ha perdurat fins als nostres dies a través dels Westerns, gènere que ell va inventar.
Raquel Sans, periodista, presentadora del telenotícies de TV3, excorresponsal a Washington i curiosa de mena necessita entendre Buffalo Bill. Entendre com un pastor de vaques va arrossegar masses, com va triomfar arreu del món, com l’alta societat l’adorava i per què a Barcelona la reacció no va ser l’esperada. En una surrealista entrevista, Bill i Sans viatjaran de les grans planures del Far West fins a la Barcelona de finals del segle XIX.
Un diàleg on es desgranen els motius pels quals l’ideal d’home rude i viril que encarnava Buffalo Bill sembla que no va entusiasmar la Barcelona de l’època.
Ramon Madaula escriu i interpreta el personatge, i Mònica Bofill torna a dirigir el muntatge, després de l’èxit assolit amb Els Brugarol.
Fue el primer mito global de masas. Diversas generaciones crecieron fulguradas ante Buffalo Bill hasta que la televisión y el cine, Son Goku y Los Vengadores, se impusieron a su aura decimonónica. El actor Ramon Madaula aún vivió en su infancia aquella época de jugar a vaqueros con pistola que asesinan a los malvados indios. Entre la nostalgia y la revisión, en su nuevo texto 'Buffalo Bill a Barcelona' (cada domingo y lunes en el Goya), Madaula se mete en la piel del aguerrido 'cowboy' con el trasfondo de la anécdota de su visita a Barcelona en 1889.
El mundialmente famoso circo 'Buffalo Bill’s Wild West' dibujó las bases del mito fundacional estadounidense, la violenta conquista del salvaje oeste. Sin su promotor, muy probablemente, los westerns habrían sido diferentes. Disfrazar un genocidio de épica salvadora, como Jaume I pero seis siglos después.
Mediante un enrevesado sueño dramatúrgico, Madaula resucita al célebre vaquero con sus tics de masculinidad desfasada, lo somete a una entrevista, dulcifica su epopeya y le da la oportunidad póstuma de explicar su ideario. Para equilibrar la balanza, al otro lado, dispara preguntas Raquel Sans, presentadora y excorresponsal en Washington que se interpreta a ella misma. El contrapeso funciona solo en parte, porque más que un juicio del personaje, Madaula ha escrito un curioso biopic muy bien documentado que manipula con cierto cariño un referente ya universal.
Como en la anterior comedia de Madaula, 'Els Brugarol', Mònica Bofill dirige el texto apostando por la sencillez. Buen ritmo y una teatralidad artesana, sin añadidos, que seduce en sus momentos más evocadores, cuando Bill rememora paisajes y situaciones ensalzados por el diseño de sonido de Damien Bazin. A Raquel Sans le han reservado un papel a medida, no es actriz y se nota, aunque en su rol de entrevistadora muerde en la dirección correcta. Madaula irrumpe en escena saturado de clichés para luego adentrarse, poco a poco, en un dibujo certero de personaje, credibilidad que aguanta la obra.
Con la base de la profusa investigación del libro 'L’ espectacle de Buffalo Bill a Barcelona' (Hesperus), de Jordi Marill Escudé, al final Madaula se aventura a explicar razonadamente el fracaso del famoso espectáculo de indios y 'cowboys' en su visita a la ciudad. Tirando de Vicens Vives se pregunta: ¿son los catalanes un pueblo sedentario que no se deja seducir por nómadas ni aventureros, que huye de la épica y de los héroes? Es posible, aunque el enfoque un punto mitómano de la obra contradiga esa idea.
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