Claqué o no

informació obra



Direcció:
Roc Esquius
Intèrprets:
Núria Deulofeu, Isidre Montserrat
Escenografia:
Eli Siles
Vestuari:
Eli Siles, Albert Pascual
Il·luminació:
Albert Pascual
So:
Toni Pagès , Bernat Mestre
Composició musical:
Toni Pagès (La Fusteria Estudi), Diego Palmerola
Autoria:
Pamela Montenegro
Sinopsi:

Una dona amb una carrera brillant, una professió que li cau com anell al dit i que ocupa un lloc de feina molt important per a tothom, vol deixar-ho tot per dedicar-se professionalment a ballar claqué. Per acabar-ho d'adobar, en tant sols quinze segons, es fa evident per a tothom que la vegi que mai, mai, farà ni un sol pas de claqué que mereixi ser vist. Però ella vol ballar claqué.

Un funcionari del govern, dedicat a que tothom ocupi el lloc de treball pel qual està més preparat i en el que, per tant, es sent més realitzat, ha arribat per frustrar els seus plans. Ella no pot ballar claqué.

"Claqué o no" és una comèdia sobre les professions, vocacions, intuïcions i canvis de rumb laborals que moltes vegades, no entén ningú.

Crítica: Claqué o no

31/08/2017

Quedémonos con los actores

per Alba Cuenca Sánchez

La compañía DARAsiempre pone sobre la mesa temas de actualidad y reflexión a golpe de comedia. Su quinto montaje, Claqué o no, se centra en una batalla dialéctica entre una bioquímica que aspira a ser bailarina –Núria Deulofeu– y un peculiar reorientador laboral que intenta reconducirla – Isidre Montserrat-. El objetivo, revivir el eterno debate entre lo que te gusta y lo que se te da bien.

El espectáculo creado por Roc Esquius empieza como una comedia de planteamiento atrayente y personajes potentes. Sin embargo, el constante pulso dialéctico llega a un callejón sin salida –un “cul de sac”, como ellos mismos reconocen- en el que se acaban los argumentos y se tiende a su repetición. La obra podría durar la mitad, y sin embargo se rellena con la entrada a escena de los padres de la protagonista que desvían el tema principal. Al final, el desenlace adquiere un tono más extremo y, aunque el mensaje es interesante, la forma con la que se llega a él rompe con la naturalidad del debate.

Con una escenografía sencilla que ubica la acción en un banco callejero de Barcelona – pero que podría ser cualquier otro lugar-, lo más positivo a destacar son las interpretaciones. En la expresión de Deulofeu se muestra un viaje que pasa por la valentía, el miedo, la incertidumbre, la frustración y el orgullo de los dos personajes que interpreta, consiguiendo que unas gafas y un pañuelo sean los únicos elementos necesarios para el cambio. También Montserrat borda su personaje principal encarnando a una especie de Sheldon Cooper de la lingüística y el deber con una cómica rigidez.

Al final, la historia se va por los derroteros y no acaba de profundizar como podría. Quedémonos con la energía y la complicidad entre los actores, que la convierten en un montaje entretenido para pasar una tarde de verano.