Pau Miró i Sílvia Munt signen aquesta versió de la famosa pel·lícula de Lars Von Trier, estrenada el 2003 i primera part de la trilogia USA: Land Of Opportunity. Si vols que els altres t’acceptin, t’has de sotmetre a l’abús i expiar el seu ressentiment. Però llavors, què separa la bondat de la maldat? Dirigida per Sílvia Munt.
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Y esa lentitud hace, que aunque la historia te lleve, y tenga un esperado final, hay piezas que no acaban de casar. Un reparto desaprovechado, con una dirección y puesta en escena conservadora. La sala grande del Lliure se vuelve inmensa, desangelada, donde la vida está congelada durante noventa minutos. Los personajes estereotipados no ayudan, la falta de matices provoca interpretaciones planas, sin sentido.
La escenografía de Max Graenzel abre la sala al bar del pueblo, un espacio inmenso que no hay nada que lo llene. Se echa de menos la angustia de un texto que debería tirar más de thriller psicológico pero que no consigue mantener esa tensión que promete.
Sílvia Munt y Pau Miró han retocado el texto, la historia y la duración, pero se han olvidado de convertir los personajes en seres humanos. Más allá de los gritos, el esquema de personajes se parece más a simples maniquíes que han cobrado de repente vida que seres de carne y hueso. Pues sí, al final Dogville sí que es un pueblo cualquiera.