Queden convocats per a l’obertura d'aquest peculiar testament en vida i vital; de records, arrels i identitats universals. Camp, barri i mapa del tresor. Un home que adora els musicals canta desafinat amb un ull de vidre. Compromís per la senzillesa i per la veritat, la veritat de la bona, la veritat del teatre. Qui vulgui heretar que salvi el món. Sigueu benvinguts.
Aunque vivamos rodeados de ella a diario, aún hoy en día para muchos, la muerte sigue considerándose un tabú. Vivimos a espaldas de ella hasta que nos toca de manera directa en nuestro entorno, entonces se nos hace presente durante un tiempo para luego caer en el olvido.
Personalmente, soy del parecer que si pensáramos más en la muerte no viviríamos, El Testament de Zum-Zum Teatre me ha enternecido. Quizás porque no cae en los tópicos y dispara directo al corazón. Quizás porque más que de muerte habla de vida, de los recuerdos, de la evocación de ese tiempo pasado que ya no está, de esas personas que sólo viven en nuestro corazón. Quizás porque trata a la muerte desde el lado dulce de pensar qué queremos que suene en nuestro funeral o qué huella nos gustaría dejar a los que se quedan viviendo la suya.
Existe una edad en la que tendemos a pensar que aunque vayamos cumpliendo años, nuestras personas importantes, no envejecen. Tu recuerdas a la madre que conociste cuando eras un niño, no a la señora de setenta y muchos que te abre la puerta de tu casa. No sólo nos hacemos mayores nosotros sino también nuestro alrededor.
El Testament me ha llevado de viaje a mi infancia, unos años después que la de la autoficción del Ramon Molins, me ha emocionado con buena parte de su banda sonora que asumo como legado materno y paterno, me ha devuelto al hoy para intentar aprovechar cada resquicio de vida de los que me han acompañado desde que lo pisé por primera vez.
Y yo me pregunto, ¿sabrán las futuras generaciones quién era Elena Francis, seguirá sonando en su relación materno filial el tan consabido lema “haz caso a tu madre” o se acordarán que quienes marcaron sus pasos con anterioridad?
No busquéis las respuestas en El Testament, de hecho me hubiera quedado horas escuchando recuerdos, reflexiones y anécdotas. El álbum de vida seguro que daba para más, e incluso con el calor, segundo protagonista de la tarde, nos hubiéramos quedado disfrutando de la intimidad de este delicioso montaje.