“Este encuentro se propone a partir de un mapa-cartografía a transitar, viajando a través de una baraja de imágenes… correspondencia abierta, cartas de una danza en la formulación de su propio tejido. El espacio como protagonista nos vincula en lo que deja… la piel de ese espacio que toca capaz de alojar un blanco inesperado…”
Tres bailarinas, una sala de ensayos, unas anotaciones y las variaciones sobre un tema. Entra el público, se acomoda, queda interpelado y empieza la función. O mejor dicho: da comienzo el viaje. Al fin y al cabo eso es lo más cercano a la experiencia estética en danza contemporánea...
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