Lo único que necesita una gran actriz, es...

informació obra



Autoria:
Creación colectiva Vaca 35 Teatro en Grupo
Companyia:
Vaca 35 Teatro
Direcció:
Damián Cervantes
Intèrprets:
Diana Magallón, Mari Carmen Ruiz
Producció:
Vaca 35 Teatro, Ambienta Yoga (Enrique Cervantes)
Estrena:
Estrena
Sinopsi:

Lo único que necesita una gran actriz, es una gran obra y las ganas de triunfar és una adaptació lliure i actualitzada de l’obra Les criades de Jean Genet, articulada a partir de dos temes centrals: el de la vida com a vivència mecànica i el del teatre com a espai d’autenticitat en un món que ha transformat l’art en mercaderia. Dues actrius, dues dones que interpreten dues criades, donen vida a un dels textos fonamentals de la dramatúrgia del segle XX, amb una estructura que posa al descobert els límits reals i ficcionals de l’actor, del personatge, de l’espectador, de l’espai i de la mateixa peça dramàtica. Una oportunitat única per als espectadors de viure de molt a prop una experiència escènica integral. VITRINA MEXICANA 2013. 

(*) Procedència de la cia: Mèxic

Crítica: Lo único que necesita una gran actriz, es...

26/01/2014

Simplement, genial!

per Elisa Díez

Nunca olvidaré que en septiembre recién llegada a FiraTàrrega me dijeron: "Tienes que ir a ver la obra de Vaca". No tenía ni idea de que iba, ni quien era, ya me imaginaba la vaca en medio del escenario/plaza... A la cuarta persona que en menos de diez minutos me habló de Vaca, ya estaba suplicando a prensa una entrada para ver tan sumo prodigio. Agotadísimas las entradas de un garaje donde las colas eran inmensas. Damián Cervantes su director, quería que todos pudiéramos entrar, y así fue. 

Fueron los 50 minutos más alucinantes de mi vida teatral. Desde el principio no conseguía separar mi vista. Daba igual que estuviesen fregando el suelo, cocinando o bañándose. Era mágico, no había artificialidad, la naturalidad de sus gestos, de sus movimientos, parecía que no había interpretación alguna, todo era fácil. Ya había caído, estaba ensimismada. Las actrices podían hacer lo que quisieran, porque a mi ya me tenían ganada. (...)