Manon Lescaut. Fundació Òpera Catalunya

informació obra



Sinopsi:

Ambientada en l’època històrica coneguda com ‘la Regència’, a França (1715-1721), la història d’aquesta òpera és un fidel reflex de la hipocresia d’una societat corrompuda a tots els nivells. Manon Lescaut és una jove a qui la seva família ha decidit tancar en un convent, però abans d’arribar-hi coneix Des Grieux. S’enamoren i fugen. Però en el segon acte veiem la noia com a mantinguda del ric Geronte di Ravoir, que li dona la vida luxosa que a ella li agrada. De nou decideix fugir amb Des Grieux, el seu amor genuí, però és arrestada abans de poder-ho fer. És condemnada a ser deportada a Louisiana, on acaba morint en ple desert al costat del seu amor, amb un dels finals més plens de dramatisme de tot el repertori.


Manon Lescaut explora temes com l’amor, l’ambició i la influència corruptora de la riquesa i el luxe. Una història sobre la vanitat humana que conté moments de gran bellesa i dramatisme com les àries de Manon “In quelle trine morbide” i “Sola, perduta, abbandonata”.

Crítica: Manon Lescaut. Fundació Òpera Catalunya

22/02/2024

Manon Lescaut y el verismo

per Enid Negrete

Hace algunas temporadas la Fundación de Ópera de Cataluña nos había sorprendido con montajes de buena factura y elencos de buen nivel. Recordamos con mucho cariño el Don Pasquale de l 2022 o la Cavalleria rusticana y Pagliacci anterior, que eran montajes sin grandes pretensiones pero de una buena calidad, que se disfrutaban y donde se oían voces que estaban por hacer carreras interesantes.

Esta fundación sirve a un interés importante, que es difundir la ópera en ciudades de Cataluña cuyos habitantes no tienen un acceso a la ópera en vivo frecuente, lo cual sigue siendo una labor admirable.

Por todo ello ahora es preocupante lo que se ve en esta producción de Manon Lescaut. La escuela verista es una de las más famosas y preferida por la audiencia operística mundial, sin embargo también es un receptáculo de malos entendidos. La fuerza emotiva que requiere para su interpretación se ha confundido con la estridencia tanto vocal como emotiva, cosa que puede ser impactante pero también desastrosa no sólo para el espectador sino para la vida vocal de muchos cantantes.

En este caso tenemos que lamentar una estridencia innecesaria en la orquesta a cargo de Elio Orciuolo, una voz terriblemente forzada en Enrique Ferrer haciendo Desgrieux, tanto que llegaba a problemas de afinación severa y en general, un bajo nivel en el elenco secundario.

Una mucho mejor protagónica hizo Berna Perles en sustitución de Carmen Solís y el mejor de la noche fue el barítono Milan Perisic en el papel de Lescaut. Una dirección escénica discreta y una producción eficiente, que en el último acto complicó su concepción innecesariamente, fueron los otros ingredientes de este montaje.