Migrante

informació obra



Dramatúrgia:
Rosa Molina, Sergio Álvarez, Juan Pablo Mazorra
Intèrprets:
Juan Pablo Mazorra
Vídeo:
Mayra Luna
Producció:
Parece una Tontería
Direcció Musical:
Daniele Callegari, Conxita Garcia
Sinopsi:

Un partit de futbol, un selfie, una embarcació, el desert, un marica, cíclops, un penalti, un altre marica, el mar, més selfies, l’immens mar, una cervesa ben freda, sirenes, 5 personatges, 5 històries… Basat en testimonis reals, MIGRANTE és la veu de tots aquells que han deixat el seu país a la recerca d’un lloc millor. Un cant a tots aquells que, esperançats, ens recorden que les fronteres haurien de ser només línies imaginàries.

Crítica: Migrante

15/01/2018

Migrante: el mundo que se desplaza en la mente de un solo actor

per Enid Negrete

Hay un tipo de problema social, que, aunque sea más fuerte en alguna región o país, es universal, existe desde que el mundo es mundo y, sobre todo, se convierte en un síntoma de enfermedad de la sociedad humana al completo.

De uno de esos problemas que nos avergüenzan tanto como especie, de la terrible realidad de la migración humana, es de lo que habla esta obra.

Hay un tipo de teatro, quizá el más antiguo, quizá con el que empezó el arte teatral en la humanidad, que se centra en cómo un hombre cuenta una historia sin nada más a su alrededor que su cuerpo y su voz. Esta forma de representación es quizá la más acertada para hablar de los grandes problemas de la humanidad. Shakespeare en Enrique V se preguntaba cómo meter en un teatro las praderas de Francia y se respondió a sí mismo haciendo que las describiera un actor, porque para estos seres extraordinarios que son los actores no hay nada que no puedan, con palabras o sin ellas, decir, escribir o hacer aparecer.

Esto es el gran acierto del montaje Migrante, donde un actor nos cuenta a través del despliegue de media docena de personajes, las diferentes historias de los migrantes del mundo en nuestros días.

El trabajo de Juan Pablo Mazorra no puede definirse más que como impecable. Sin sentimentalismos, ni victimismos, ni estridencias, cuenta  las historias que nos podemos saber todos pero que, también todos, no queremos verlas. Técnica e interpretativamente hace un viaje por lo más difícil del trabajo actoral, del que sale victorioso.

El punto débil que puede mencionarse en el montaje es la dramaturgia que al final resuelve a destiempo la última historia y provoca falsos finales y la confusión del espectador, pero más allá de eso, con una iluminación acertada y un espacio que le pertenece por completo al trabajo actoral. La dirección de Migrante es un acierto, poco común en un trabajo de binomio.

Pero lo más importante es que nos recuerda la grandeza del teatro centrada en hablar de los problemas de los humanos desde eso que tantas veces se ha querido definir y que por compleja y inasible, no hemos podido más que representarla: la actuación.