Oficina per a una vida postidèntica s’ha creat a cavall de Barcelona i Berlín. A partir del debat sobre els límits de la llibertat en el món contemporani, l’equip artístic ha imaginat una peça de teatre musical experimental ubicada en una oficina dins d’una corporació transnacional amb misterioses regles de funcionament.
Els integrants d’aquesta oficina, set treballadors per compte propi en un espai de cotreball formalment organitzat des de dalt s’esforcen a tirar endavant els seus projectes personals de recerca enmig d’un ambient laboral marcat per les crisis d’identitat d’un món que és cada cop més virtual i globalitzat.
La peça adopta la forma d’una vetllada musical, poètica, humorística i alhora filosòfica. Amb aquests materials de base, la companyia es pregunta on queda el jo dins del remolí de la vida contemporània. I enmig del remolí sorgeix la música de Beethoven que, com un eco, i sota el prisma deformador de les composicions de García-Tomàs, ens recorda un humanisme utòpic que ja no té gaire cabuda en el món d’avui.
Teatro musical fuera de los cánones del género para reflexionar sobre vida cotidiana en el torbellino de nuestro mundo globalizado y tecnificado. Un espectáculo creado con la participación de la Neukölner Oper de Berlín, Òpera de Butxaca y Nova Creació. Oficina per a una vida postidèntica trasciende los géneros teatrales para invitarnos a presenciar las relaciones entre un grupo de siete trabajadores por cuenta propia que comparten el espacio de trabajo, una especie de coworking. La gran paradoja surge cuando contemplamos a estos seres, en principio dueños únicos y absolutos de su trabajo, esclavizados por éste. Una especie de “Gran Hermano” les vigila y limita sus movimientos mientras ellos buscan una identidad propia. A pesar de ello, los siete protagonistas nos aparecen cada vez más uniformados. Excelente crítica a la sociedad contemporánea y a su estética de lo pulido, aquello que se nos muestra impecablemente liso. Tal como lo describía el filósofo Byung-Chul Han en La salvación de lo bello (2015): lo pulido como encarnación de la actual sociedad positiva. Una sociedad que se nos presenta brillante y lisa, sin aristas ni arrugas que la ensombrezcan. Una sociedad ideada para concitar y recabar un buen número de “me gusta”. El cuestionamiento del mundo en que vivimos es claro y certero, sin embargo, puesto en escena y a pesar de la calidad tanto de los medios técnicos como de los artísticos, el espectáculo resulta redundante y va perdiendo interés a medida que avanza. Quizás haya una insalvable distancia entre la reflexión crítica y la búsqueda de un tono coloquial que aparece un tanto forzado. La sensación de hastío puede deberse también a lo extraño que resulta en nuestros escenarios este tipo de espectáculos. O tal vez se trata tan sólo de un problema de falta de rodaje… En todo caso esto no desdice la actuación de unos intérpretes totalmente entregados mostrando tanto su capacidad musical como actoral.