Tha Tzpar (L'espera)

informació obra



Direcció:
Lali Álvarez
Ajudantia de direcció:
Clara Garcés
Intèrprets:
Sasha Agranov, Jorge Albuerne, Lola Gonzalez, Alba Saez, David Teixidó
So:
Pau Matas, Tute Salazar
Composició musical:
Sasha Agranov
Coreografia:
Quim Bigas
Producció:
Aina Juanet, Hui Basa
Vestuari:
Ivet Remacha
Autoria:
CreaMoviment
Dramatúrgia:
CreaMoviment
Sinopsi:

Un grup d’estranys comparteix refugi. A fora, l’amenaça. A dins, l’espera. I la temença d’allò que hagi d'arribar. En aquest parèntesi pot néixer la tendresa, la capacitat d’organitzar-se, la bellesa… Què hi ha dins de cadascú —i entre nosaltres— més enllà de la por? Quan viure no vol dir només sobreviure. Una experiència amb música en directe, circ, moviment, teatre de prop. Un espectacle que reflexiona sobre la gestió individual i col·lectiva de la por i sobre la resistència a la violència en un context de conflicte. Una creació de Hui Basa (Lali Álvarez i Pau Matas).

Crítica: Tha Tzpar (L'espera)

08/09/2018

La belleza gana a las bombas

per Elisa Díez
Era uno de los estrenos más esperados de Fira Tàrrega y los seguidores más acérrimos de Lali Álvarez no esperar más allá de la primera representación. Al llegar parecía que formabámos parte de una misión secreta, no podíamos esperar a la puerta de Les Sitges, “contra los contenedores”, nada de filas, amontonados en grupos y marcados con un lazo negro en el brazo emprendimos el acceso al espacio, en “silencio”, escondiéndonos y siguiendo las indicaciones de los mismos intérpretes. La pieza no había ni empezado a rodar y ya nos tenía atrapados.
Sentados en el exterior de Les Sitges en forma de U, nos miramos entre sí, mientras los actores interactúan con algunos miembros del grupo de espectadores. Hay una tensión, incluso superior a la de cualquier estreno. Vamos a vivir en primera persona de ficción lo que pasa en este refugio. 
(...)
El espacio sonoro de Pau Matas y Tute Salazar es maravilloso. Al estar en el exterior, el público siente las bombas y los demás elementos de la amenaza de una manera brutalmente realista, tanto que se te escapa, irremediablemente, la vista al cielo.
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