V7: L'art de silenciar

informació obra



Direcció:
Susanna Barranco
Sinopsi:

V7: l’art de silenciar és una peça teatral a partir d’una investigació sobre la por i sobre la llibertat d’expressió. L’espectacle porta profundament inscrita la tensió i debat que comporta la censura i la autocensura com a idees de control del lliure pensament i de la lliure expressió. Quins son els límits? Perquè censurem? Què acceptem de la divergència?

L’espectacle mostra dos personatges que es troben en un únic espai escènic on representen un diàleg etern i reflexiu. Per una banda, la Puta, com a símbol de la perversió i la submissió de la dona i com a personatge que qüestiona el sistema patriarcal que imposa unes lleis de control, i el Censor, que incitarà a la Puta a explicar la seva història, exposar-se, sentir…

Crítica: V7: L'art de silenciar

25/10/2024

¿Es licito cualquier tipo de censura?

per Ferran Baile

¿La creación tiene límites? ¿Quién determina lo que es censurable? ¿Dónde y quien dictamina lo que es correcto y lo que es incorrecto? ¿Quién está capacitado y con qué derecho para prohibir un libro, una música, una película, una obra de teatro, cualquier creación artística?

En Irán un país dominado por el fanatismo dogmático de los Ayatolas, el gran maestro de los censores es ciego. Pese a ello puede criminalizar una obra y a su creador, tal es el caso de Jafar Panahi, que en el 2000 rodó una pequeña obra maestra, El círculo (puede verse en las plataformas y comprarse en DVD). A saber que interpretó el ciego censor que le costó cinco años en la cárcel, a Panahi. En un país tan avanzado como Suecia, Ingmar Bergman vio censurada la escena (solo se ve el rostro de la actriz), de una placentera masturbación femenina en la película El silencio (1963). Vista hoy cuesta pensar que pasó por la mente del retorcido censor.

La censura en carne propia

Este espectáculo V7: L´art de silenciar, tiene su origen en la traumática experiencia vivida por su creadora Susanna Barranco, cuando tuvo el veto institucional a su documental Breathe (Respirar), sobre la prisión de mujeres de Brians. Como bien ironiza en un momento del montaje, al final resultó una co-creación con la Conselleria de Justicia de la Generalitat de Catalunya. A pesar de que el documental ha tenido y tiene un recorrido y ha recibido muy buenas críticas, Susanna Barranco no olvida como se vio obligada a vivir la amarga experiencia del miedo y la autocensura. Hasta siete intentos, hasta que pasó el veto inicial. El intenso tiempo compartido con las mujeres encarceladas, dejó mella en su vida. Hubo quien le advirtió proféticamente: “Si intentas hablar de todo cuanto ves aquí dentro, va a ser el final de tu vida profesional”.

Espectáculo performática

La puesta en escena combina audiovisuales, voz en off (un psicólogo la va interrogando) y un continuado juego performático que llena el escenario de objetos, a la vez que la protagonista se viste y desviste en el desarrollo de la acción. Susana Barranco posee un físico ciertamente privilegiado y une su cuerpo a la palabra (dramaturgia conjunta con Juan Navarro) en un atrevido, exigente y arriesgado juego corporal.

A la reflexión sobre el hecho de censurar, legal-social o personalmente, se une la permanente denuncia del uso, abuso y presión dentro de nuestra sociedad patriarcal de la mujer y de todo cuanto la rodea.

También hay una denuncia e invitación a reflexionar sobre la confesada violación real urdida por Bernardo Bertolucci con la complicidad de Marlon Brando, en la celebrada película El último tango en París (1972). La famosa escena de la mantequilla (lubricante), fue preparada por Bertolucci y Brando, sin que la protagonista femenina María Schneider, tenía entonces solo 19 años, lo supiera. Se rodó con tres cámaras para asegurar la jugada y en toma única, con la cínica justificación de que fuera lo más real posible. María Schneider (1952-2011), actriz debutante, nunca superó el trauma. Pasado el tiempo Bertolucci reconoció el hecho, pero no mostró ningun tipo de culpa, ni de arrepentimiento. 

Imágenes memorables

Impresionante el inicio con un cuerpo atado-mutilado en escena y los violentos diálogos en la pantalla, sin imagen, de la película Fóllame (Baise-moi) de Virginie Despentes, película censurada en Francia en el año 2000.

Impresionante también las imágenes en las que la actriz en postura acrobática sosteniendo con los pies en el aire un completo y enorme miembro viril, va llenando las copas para un brindis de líquido blanco-leche-semen.

Otra de las escenas ciertamente notable, llena de ingenuidad y ternura, es cuando la actriz en un arranque de generosidad quiere compartir el placer de una masturbación escénica con el público y comprueba lo complicado que es el tema.

La disertación nirvánica, casi ritual y placentera, en el que la actriz en casi un estado de trance y placidez divaga o navega por diversos temas existenciales, justo antes del golpe final.   

Una creadora de conocimiento imprescindible

Susana Barranco (Barcelona, 1975), es una de las presencias escénicas más persistentemente interesantes de nuestro teatro y nuestro cine (multipremiada documentalista). Una creadora multidisciplinar, en continua búsqueda, que cualquier amante del teatro, en especial con curiosidad por los espectáculos escénicos rompedores y alternativos, debe conocer.   Crea desde las entrañas, trabaja en la disidencia, pone en escena aquelles cosas que la incomodan para darles visibilidad y analizarlas. Como si de un salto al vacío se tratara, arriesga en cada uno de sus trabajos y concibe el arte en general como una herramienta de acción e impacto social desde una perspectiva feminista. No dejar de consultar su página web, www.susannabarranco.com, y así poder seguir su trayectoria y trabajos anteriores

 

 

Text. ferranbaile@gmail.com