Una persona es retroba amb el seu passat, es confronta amb el jove que va ser. És la porta d’entrada a la literatura dramàtica de Beckett per on discorre la feina del director Jordi Coca i l’actor Francisco Ortega (Yo estuve allí. Mi vida con George Harrison), que aborden un dels textos cabdals del Premi Nobel de Literatura de 1969.
Ocasión de compartir una nueva y original versión del célebre monólogo de Samuel Beckett, con el reconocido actor aragonés Francisco Ortega y el premiado escritor Jordi Coca, adaptador y director, en el marco acogedor del teatro de bolsillo La Gleva. Una hora de teatro en la intimidad.
Ambos deciden romper con la clásica imagen del personaje desastrado, alcoholizado y “clownescamente” decadente, que va re-escuchando fragmentos grabados de su vida y vierte nuevos y desengañados sentimientos. Tampoco el marco es un cuchitril sórdido y maloliente. El Krapp de esta nueva versión de Coca y Ortega, lleva traje y camisa blanca y se viste elegantemente al llegar a casa con una bata de seda color rubí. Burgués acomodado venido a menos, conserva pese a estar ya en casa los botines blancos y anacrónicamente puntiagudos, con los que llegó de la calle. La habitación es inhóspita, però amplia. La lámpara que ilumina la única mesa, generosa. Las cajas en las que conserva cuidadosamente las grabaciones realizadas a lo largo de su vida son de galletas y bombones y las mantiene en perfecto estado. Lejos del alcoholismo depravado, Krapp se deleita con copas de selecto licor, que bebe pausadamente.
El texto se mantiene fiel al original, aunque en esta ocasión son muchos más los silencios y la escucha del texto grabado cuando el protagonista, ahora surcando la vejez, tenía 39 años. Recuerdos de la muerte de su madre, recuerdos de un gran amor, quizá el único que tuvo. Solemne desengaño de la vida, del amor, de si mismo. Notable la interpretación de Francisco Ortega, tanto en la voz como en la escucha, como en los contenidos enfados ante las alegres voces de los vecinos que se filtran por las paredes.
Al final del desengañado y oscuro monólogo, un recuerdo de infancia, una canción infantil, asoma a su mente. Un conejo, dos conejos, tres conejos…canción que Paul McCartney utilizó en su Liverpool Oratory (1991), cantado por la gran soprano neozelandesa de origen irlandés, Kiri Te Kanawa, cierra la obra.
Como curiosidad cabe decir que el magnetófono que aparece en escena es el mismo que se utilizó en la anterior adaptación, muy diferente a la actual, dirigida por el propio Jordi Coca, de la que hacemos mención más adelante, y que se conservaba en el museo de la Sala Beckett.
Una obra menor que ha ido creciendo con el tiempo.
Krapp´s last tape, obra de teatro de un solo acto, monólogo mimodramático de una hora de duración, fue escrito inicialmente por Samuel Beckett para el actor norirlandés Patrick Magee (1922-1982), al que había visto actuar y que le causó una gran impresión. Fue estrenada el 1958, en el Royal Court Theatre de Londres y de aquel mismo año data su primera publicación. Ha estado interpretada como una alegoría del fin de la Historia y también como un legado desengañado del propio autor que se siente reflejado en el personaje.
Prueba de fuego codiciada por cualquier actor ha sido interpretada por grandes figuras del mundo escénico en cuantos países ha sido traducido el texto. Una de las más recordadas en Barcelona fue la interpretación de Quimet Pla, en la antigua Sala Beckett, en el 2008, versionada y dirigida por Jordi Coca. Ambos ya habían trabajado juntos en Benvinguda al Consell d´administració, de Peter Handke, estrenada en el Espai Brossa (2003).
Un incansable y polifacético escritor
Jordi Coca i Villalonga (Barcelona, 1947), es Doctor en Arts Escèniques (cum laude). Escritor inquieto, prolífico y polifacético, ha publicado novelas (más de veinte editadas, muchas de ellas premiadas), ensayo, narrativa breve, guiones para televisión y crítica literaria. Apasionado por el teatro, ha escrito y estrenado diversas obras y también ha dirigido y ha publicado ensayos sobre la obra de Joan Brossa, Palau i Fabre, la Nausica de Joan Maragall y recientemente un preciso y exhaustivo ensayo sobre El Teatre de Shakespeare en el seu context (2022). Fue director del Institut del Teatre de Barcelona de 1988 a 1992. También ha adaptado y dirigido diversas obras. Como autor y director estrenó en este mismo teatro La Gleva, Shakespeare i Beckett, maleits bessons (2022). www.jordicoca.info
Una institución cultural y artística en Aragón
Francisco Ortega, nació por los años 50 y es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad Central de Barcelona. Fue fundador del Teatro Universitario de Zaragoza (1973), actor en la reconocida compañía aragonesa Teatro de la Ribera (1975), fundador de la productora Teatro del Espejo, con la que produce este montaje, en 1975. También fundador del Nuevo Teatro de Aragón y profesor en el Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza. Ha escrito para las revistas teatrales Pipirijaina y Primer Acto y la revista cultural Andalán de la cual es miembro fundador. Ha sido director artístico, entre otros eventos, en la Expo de Zaragoza (2008) y el Festival de Teatro de Aragón en Huesca. En noviembre-diciembre del 2022, representó en el Teatro La Gleva, su espectáculo, Yo estuve allí (personal homenaje a George Harrison). Durante estas representaciones se conocieron con Jordi Coca y allí nació el espectáculo actual, producido por Teatro del Espejo y que ya prepara una gira por España. Podéis seguirlo por Facebook.
Un autor esencial.
Autor del gran clásico de teatro contemporáneo, Esperando a Godot (escrita en 1948, publicada en francés, segunda lengua del autor, en 1952, estrenada en París en 1953, traducida por el propio autor al inglés en 1955), Samuel Beckett (1906-1989), fue un dramaturgo, novelista, crítico y poeta irlandés. Uno de los más importantes representantes del experimentalismo literario del siglo XX.
Un teatro acogedor y cercano
Situado en la calle de La Gleva, numero 19, muy cerca de plaza Molina (desde esta plaza hay que seguir Balmes arriba, torcer a la derecha por calle Santjoanistas, hasta la calle Lincoln, tercera travesía, giro a la izquierda y hacia arriba. Lincoln cambia su nombre por La Gleva. Se trata de un edificio de principios del siglo XX, utilizado previamente como estudio de fotografía, taller de artes gráficas y plató de televisión. En su origen acogió las carboneras de los vecinos del entorno. Espacio rehabilitado donde las carboneras se han transformado en armarios de focos y telones y los talleres en sala de espectáculos para un centenar de espectadores, que por su disposición en forme circundante permite una gran proximidad con las actrices y los actores. De la mano de los activistas culturales Miquel Oliveras, David Sardá, Mylene Calaustro, Gemma Barba y Albert i Daniel de la Torre. Se inauguró en el año 2017. www.laglevateatre.com.
Text: ferranbaile@gmail.com