Basada en la novel·la "L'última trobada" de Sandor Márái, aquesta peça parla del retrobament de dos vells amics, que havien estat com germans, després de quaranta anys de distanciament físic i espiritual.
Ambdós volen solucionar un conflicte del passat que els va distanciar i ara es veuen obligats a enfrontar-se als seus fantasmes per última vegada. Un duel sense armes en què els dos homes són caçador i presa alhora. Segons el propi Márái, és estrany però en hongarès les paraules ölés i ölelés, “matança” i “petó”, s’assemblen i tenen la mateixa arrel…
Després d’un llarg camí d’actuacions arreu del món, ara podem tornar a gaudir d’aquest espectacle guardonat en moltes ocasions.
A lo largo de la reciente historia de la danza contemporánea hay dúos que se han convertido en imperecederos como por ejemplo Canción del compañero errante de Maurice Béjart, Rapta de Vicente Sáenz y Ölelés de Jordi Corés y Damíán Muñoz y ello se debe a la calidad de los elementos artísticos y técnicos que los componen. Ahora la programación del Mercat de les Flors de Barcelona brinda al público la posibilidad de disfrutar de nuevo de Ölelés, coreografía de la que se cumple diez años y que puede verse en la Sala Pina Bausch hasta el 18 de enero. No se lo pierdan. Si en 2004 les cautivó ahora les noqueará, ya que la mayor madurez artística de sus intérpretes y creadores, Jordi Cortés y Damián Muñoz, así como sus más de 100 representaciones han dado a la obra una mayor cohesión y al baile más fluidez y versatilidad.
Basada en el libro del escritor húngaro Sándor Márai, El último encuentro, la coreografía recrea sentimientos enfrentados sobre la amistad, la decrepitud de la vejez y la soledad. Ölelés es el reencuentro de dos viejos amigos después de 40 años de distanciamiento, de una dolorosa separación. El rencor, la venganza, el amor y la decepción tejen un mosaico de intensas pasiones que se expresan a través de un vocabulario gestual fértil que encadena las ricas frases coreográficas con gran fluidez.
Al empezar el espectáculo se ve a dos hombres en el ocaso de sus vidas, uno, Jordi Cortés, sentado en una silla con una copa de vino en la mano y el otro, Damián Muñoz, columpiándose en el espacio, bajo la influencia de un foco. La aparente tranquilidad que muestran es el preámbulo a la tormenta emocional que se avecina. Un ramo de flores suspendido del techo, en el centro del escenario, marcará el comienzo de este reencuentro. Un ramo que morderán y estrujarán y que acaban por destruir, conscientes de que el tiempo lo marchita todo. El sugestivo collage musical, que mezcla crispantes pasajes sonoros con fragmentos de ópera y canciones de Silvia Pérez Cruz esculpirá el enfrentamiento de estos dos amigos a ritmos diferentes.
Ölelés es un apasionante diálogo cuerpo a cuerpo entre dos hombres, que luchan por reencontrar su antigua amistad como antídoto a la soledad que les ahoga en su vida actual. La angustia, la falta de esperanza e incluso el miedo cincelan un baile magnífico en el que el gesto es un expresivo grito soterrado. Jordi Cortés y Damián Muñoz, con una envidiable forma física y con una fuerte personalidad escénica bailan con una fuerza arrolladora. Sus cuerpos abrazados se suspenden en el espacio, se lanzan uno contra el otro o se precipitan hacia el suelo en una batalla sin tregua por la posesión de uno sobre el otro. La ejecución de ambos bailarines es impecable.
La excelente colaboración en la dirección escénica de María Muñoz, el vestuario de Antonio Belart, las luces de Javi Ulla y la colaboración de María de Frutos en el diseño del espacio escénico logran que Ölelés se convierta en una obra inolvidable e imperecedera.