Pequeño cúmulo de abismos

informació obra



Direcció:
Cris Blanco
Autoria:
Cris Blanco
Sinopsi:
  • Física quàntica, micromons imaginaris i un homenatge a aquelles fantasies que, en un moment o altre, li han salvat la vida a tothom són les protagonistes de Pequeño cúmulo de abismos, l’espectacle de Cris Blanco que acollim en el marc del Grec 2024 Festival de Barcelona.
  • Aquesta coproducció del Grec i el Centro Dramàtico Nacional ha passat amb gran èxit pels escenaris de Madrid.

 

Què passa si col·loques un forat negre en un teatre? Potser no us atreviríeu a provar-ho, però Cris Blanco és capaç de fer això i unes quantes coses més mentre us parla de forats de cuc i horitzons d’esdeveniments, però també de lluita de classes, les convencions teatrals… i la beneïda fantasia que tants cops ha permès als éssers humans escapar-se d’una realitat insuportable.

Pequeño Cúmulo de Abismos ret homenatge a la imaginació i la fa servir recreant la història d’un seguit de personatges que es troben en un espai (potser un teatre?) on localitzen un petit abisme. Conté totes les realitats possibles, vistes des de tots els angles possibles i s’estén des dels mons infinitesimals fins al macrocosmos inabastable. Potser si mireu només veureu, com un dels personatges, les rajoles d’una cambra de bany, però si us voleu arriscar a mirar l’abisme vosaltres mateixos… teniu una cita amb Cris Blanco.

SINOPSI

És el mateix un forat negre que un forat de cuc? Es tracta de la mateixa diferència que hi ha entre el pitorro d’un càntir i la boca d’un porró? Què hi ha dins dels forats negres? És la nostra infància aquest lloc feliç al qual voldríem tornar? Arribarem vives a complir els 80? Serà possible tenir als 80 algun tipus de privilegi si no els vam tenir en els anys 80? Com sap una persona que no té privilegis? És l’accés a la cultura un privilegi? Hi ha alguna cosa que no sigui diferent al que ens van fer creure en els 80? Són les preguntes petits actes revolucionaris? Són aquests actes revolucionaris suficients per a generar un Petit cúmul d’abismes?

Crítica: Pequeño cúmulo de abismos

15/07/2024

Agujero de gusano hacia la infancia proletaria

per Imma Fernández

La directora, actriz y dramaturga madrileña Cris Blanco, afincada durante años en Barcelona, ha vuelto a sorprender con su nuevo espectáculo, ‘Pequeño cúmulo de abismos’, después de meterse al público en el bolsillo con ‘Grandissima illusione’, un divertido y caótico homenaje al teatro. La fantasía, lo sobrenatural y los juegos metateatrales, acompañados de una estética artesanal, definen un estilo propio que engancha fácilmente a la platea. La pieza se construye, como es habitual en su trabajo, entremezclando en clave de humor teatro, realidad y ficción, y mostrando las costuras de la creación escénica modesta.

Esta vez se alía con la cuántica para llevarnos a un bucle temporal; a un agujero de gusano por el que, jugando con el tiempo, circulan la propia Blanco, una regidora (estupenda Rocío Bello), una guarda de seguridad (la bailarina Oihana Altube) y el director del Grec (Iñigo Rodríguez-Claro). La artista juega con la fantasía cósmica para hablar del barrio obrero donde correteaba por un descampado repleto de jeringuillas; de una infancia con vergüenza de clase por la precariedad y de la lectura de reportajes guarrillos en el lavabo de su abuela. Habla de la memoria familiar con la lucha por salir adelante de su abuela Dora, su tía Amparo y de su madre, Angelines, que emigraron desde el Bierzo a Madrid en busca de mejor vida. Mujeres que la enseñaron a transformar la precariedad en ingenio, como hacía ella cuando echaba mano de la imaginación para huir de la realidad y como ha hecho luego en los escenarios. El carisma, espontaneidad y cercanía de la artista apuntalan la verdad del relato, cargado de humor y sencillez. Pronto se suma la excelente vis cómica de Bello con el personaje de una regidora pasota, algo descarada y de vuelta de todo.

Ha querido Blanco, en su salto a esta coproducción del Grec y el Centro Dramático Nacional, trabajar con algunos de los que la han acompañado en su trayectoria de 20 años en la escena marginal, y reivindicar lo humilde y la escasez de medios, con escenografías de reciclaje que repite aquí hasta la sorpresa final, maravillosa. Este también es un viaje desde el complejo de clase hasta el orgullo del triunfo.

Interesada en el abordaje del aparato teatral, la creadora plantea la pieza como un primer contacto y ensayo en la sala donde prevé estrenar su proyecto, ese relato autobiográfico que la lleva al barrio obrero de la infancia y parece servirle de catarsis. Tras ese inicio centrado en el pasado emocional, la obra avanza y se detiene, quizá en exceso, en el bucle cuántico y la comedia surrealista, que llega a la cuarta pared. Asomarán en una u otra dimensión las canciones de Mari Trini, Franco Battiato y Las Grecas, los telones de algún montaje de Marta Pazos y los pósteres de David Hasselhoff y Felipe González. Después nos regalará un desenlace mágico que culmina con brillantez la idea de la autora. “Quería hablar de esas pequeñas cosas que se convierten en abismos, como asomarte a una ventana muy pequeña y ver tu niñez y tu mundo”. Un final precioso para una obra muy recomendable en la que la creadora vuelve a demostrar que la imaginación es más poderosa que los medios.