Vespres de la beata verge

informació obra


Aquest espectacle forma part de l'Itinerari Recomana
Salt al buit
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Intèrprets:
Oriol Genís, Guillem Gefaell
Traducció:
Albert Arribas
Escenografia:
Ricard Prat i Coll
Vestuari:
Ricard Prat i Coll
Sinopsi:

Una nit, un pare i una trucada telefònica del fill on li confessa la seva intenció de suïcidar-se.

El dolor extrem per la pèrdua del fill es veu reconvertit en un esforç gairebé sobrenatural de dignificació de l’existència humana, des d’una espontaneïtat tragicòmica que segurament converteix el protagonista d’aquest monòleg en un dels grans personatges del teatre contemporani. Un dolor que, en lloc de resultar paralitzador o castrador, esdevé motor de la grandesa poètica i sobretot de la grandesa ètica.

Crítica: Vespres de la beata verge

15/04/2016

Un texto para grandes actores

per Enid Negrete

Antonio Tarantino es un autor italiano de la generación que siguió a Dario Fo y que hereda de él su carácter de denuncia social. Es un autor a quien la fama le llega tardíamente, por lo que conocemos, sobre todo, su madurez como autor. Pertenece a una generación que le preocupaba integrar los dialectos de la lengua italiana a su trabajo literario y cuya visión de los valores tradicionales de la sociedad católica y conservadora de su tiempo, están completamente trastocados.

El texto que nos ocupa tiene enormes exigencias en todos los ámbitos de la puesta en escena, pero con los actores es un caso especial. La complejidad lingüística de este autor se caracteriza por el uso de barbarismos y libertades linguïsticas imposibles, además de ir de un punto a otro de la historia sin miramientos. El retrato de los juegos de la mente humana desde la verbalidad parece uno de los objetivos mejor alcanzados por este dramaturgo, debido principalmente a que el manejo del tiempo y de las imágenes es exactamente el que tenemos todos los seres humanos cuando nos preguntan ¿En qué piensas? y respondemos: En nada.

En un montaje sin aspavientos ni  exageraciones, el conflicto y la dolorosa huida del dolor constante del personaje principal, se manifiesta en una velocidad vertiginosa, con un manejo de las ideas caótico y real, que deja un profundo impacto en cada espectador.

Es un recital de virtuosismo actoral el que Oriol Genís, por eso se agradece la sobriedad de la dirección de escena y de la producción en sí misma, que está al servicio de la actoralidad. Un teatro de texto que exige a los actores ser y estar en lo mejor de sus registros. Retrata el proceso de un padre que debe aceptar a un hijo que es una decepción, una  preocupación constante, un cuestionamiento sin final. ¿Qué es ser buen padre? ¿Qué es ser buen hijo? ¿Qué se debe hacer con un hijo autodesctructivo? ¿Quién nos enseña a no serlo? ¿Por qué lo somos?

Un mundo angustiante y maravilloso, lejos de la realidad cotidiana y muy cerca de la realidad interna de los personajes, que nos muestra cómo una relación es más fácil acabarla en la vida que con la muerte.