André i Dorine

informació obra



Autoria:
José Dault, Garbiñe Insausti, Iñaki Rikarte, Edu Cárcamo, Rolando San Martín, Joan Yago
Intèrprets:
José Dault, Garbiñe Insausti, Edu Cárcamo
Composició musical:
Yayo Cáceres
Escenografia:
Laura Eliseva Gómez
Il·luminació:
Carlos Samaniego "Sama"
Vestuari:
Ikerne Giménez
Caracterització:
Garbiñe Insausti (màscares)
Ajudantia de direcció:
Rolando San Martín
Direcció:
Joan Mª Segura
Sinopsi:

En un petit saló, el frenètic clic d’una màquina d’escriure, s’embranca diàriament amb les notes d’un violoncel. Són André i Dorine, una parella d’ancians que, com tantes altres, ha caigut en la desídia, oblidant així el que un dia els va unir. De les parets penja el passat emmarcat, com a únic testimoni del que van compartir. Però un succés, la malaltia, serà l’encarregada de treure la pols de la seva relació, obligant-los a recordar qui van ser, per retrobar-se amb qui són. Recordar com han estimat, per seguir estimant.

Crítica: André i Dorine

14/09/2015

La gran sorpresa del inicio de temporada

per Elisa Díez

André es escritor, Dorine violinista, juntos han llegado a esa edad en el que las manías forman parte de la vida cotidiana y la hacen más llevadera. De repente, el protagonista principal hace acto de presencia, el Alzheimer, Dorine se empieza a olvidar de las cosas más básicas y es André y su hijo quien la tienen que ayudar a recordar.

André y Dorine es una tragicomedia donde el Alzheimer se trata con un cuidado extremo. La ternura, la emoción y un punto de comicidad en las acciones son las notas más características de la obra. No hay sentimentalismo, se huye de la lágrima fácil aunque no cabe duda que algunos espectadores tendrán que recurrir a un pañuelo para secárselas porque la emoción que despiertan algunas escenas se deja notar a flor de piel.

Maravillosas interpretaciones, no hay texto, toda la intensidad de la obra se juega en el apartado gestual, que con sumo cuidado desgranan los actores. La música sin letra acompaña a los cambios de escena. La escenografía, un poco alejada de la boca del escenario, en un principio, deja de parecerlo cuando el juego de luces hace su aparición. 

André y Dorine es una obra única, que emociona, invita a pensar y reflexionar lo duro que es asumir que nos hacemos mayores y que poco a poco dejamos de ser uno mismo, con o sin enfermedad. Aunque siempre habrá alguien a nuestro lado para recordárnoslo. Con el corazón en un puño, a la salida sientes unas ganas terribles de llamar a tus padres para decirles "os quiero", para recordárselo, por lo que pueda pasar. 

Trivial