La peça més famosa de Tony Kushner fa vint-i-cinc anys i ho celebrem portant a escena les dues parts del díptic: S’acosta el mil·lenni i Perestroika. Un clàssic contemporani sobre la pesta del segle XX en l’era Reagan, amb direcció de David Selvas.
Atenció, funcions alternes i el dissabte, marató!
Pere Arquillué, Premi d'actor als Premis de la Crítica 2018.
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El primer acierto es la poda del texto, dejarlo en la mitad, abandonar toda su narrativa interminable que lo hace tan complicado de leer, creo que es la obra más complicada que he leído en mi vida, y dejar sólo su esencia.
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Pero quien acierta también yerra, y que en ningún caso suene como justificación alguna, porque una vez más no la hay. Lo escribiré sólo una vez, pero lo puedo repetir hasta la saciedad. NO, ningún actor blanco puede interpretar un papel que se especifique o que sea escrito por y para un negro. NO. No me sirven las excusas falsas y las mentiras que no hay actores ("de nivel Lliure") para representar el papel, Hola, ¿qué tal? Al menos que sirva como lección aprendida.
Polémicas más necesarias que nunca aparte, los actores de la Kompanyia se gradúan con nota. Magníficos todos, pero me quedo con tres, una genial y poderosa pasada de vueltas Júlia Truyol, la fuerza de la, que ha sido el gran descubrimiento de esta promoción, Raquel Ferri y su homólogo masculino, Joan Amargós, cuyo Prior es todo un cautivador de almas, incluso en los momentos más difíciles y álgidos.
Después de las alabanzas más que merecidas a los miembros de la Kompanyia, hay un elemento en este reparto, que quizás sea porque mi mente no dibujó de la misma manera el personaje durante mi lectura del original, pero que es una pieza que no me ha acabado de encajar, sobre todo durante la primera parte (S'acosta el mil∙leni). Pere Arquillué vuelve a tener síntomas de fatiga de personajes. Quizás es porque no es la primera vez que interpreta un perfil como el Roy y ya le tiene cogido el punto, el caso es no sé si llamarle Roy o otros nombres más conocidos por el público en general.Sin duda es mucho más agradecida y dinámica la segunda parte (Perestroika) no sólo en la dramaturgia sino también la puesta en escena levanta el vuelo y los espectadores notan este aire que ahogaba toda la primera mitad.
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