Muy interesante el trabajo de teatro documental de la compañía gallega Chévere que nos descubre de manera muy amena un pedacito de historia rescatado por la memoria colectiva en torno al enigma de un posible crimen sin resolver. Premio Nacional de Teatro 2014, Chévere crea ficciones teatrales (Citizen, Eurozone, Eroski Paraíso…) a partir de relatos locales que se transmiten de generación en generación. Desentierra casos que fueron sepultados por las más eficaces mentiras –hechizos, dicen los de la compañía- para ahondar en sus distintas versiones y posibilidades. Esta vez nos llevan a la comarca de Verín (Ourense), donde en la llamada curva España falleció en 1927 el ingeniero de caminos José Fernández-España y Vigil al precipitarse por un barranco el coche que conducía. El chófer que lo acompañaba, curiosamente, salió ileso y la versión oficial lo trató de accidente, pero para las gentes de la comarca la verdad fue otra. Trabajaba en el trazado de la variante por Verín del ferrocarril Puebla de Sanabria-Ourense y tras su muerte se descartó el proyecto y se optó por un trazado mucho más caro y difícil, por una geografía montañosa despoblada, prolongando el aislamiento de amplias zonas de Galicia. La pieza enlaza esa decisión con la España caciquil que dibujó el mapa del ferrocarril en todo el territorio -con la omnipresente centralidad de Madrid en la estructura radial- y con ello el mapa de la España vaciada de hoy. Errores del pasado que marcan nuestro presente.
De esta forma la obra, partiendo de un hecho muy local, se ramifica en múltiples lecturas que hablan de la vertebración del Estado y la unidad nacional, de los poderes que urden a su antojo el destino de los pueblos y de gentes que buscan relatos alternativos a la historia oficial. Lo cierto es que los daños colaterales del fallecimiento del ingeniero fueron de gran impacto y dejaron a la comarca de Verín, muerta en la cuneta, como símbolo de la Galicia vaciada.
De forma muy eficaz, didáctica y entretenida, la pieza combina en escena realidad y ficción, leyenda y verdad, cine y teatro. La narrativa, que bebe del género policial, se construye en directo mezclando las proyecciones en pantalla de las entrevistas reales grabadas con personas de Verín y que investigaron los hechos con escenas de los dos actores –estupendos Patricia de Lorenzo y Miguel de Lira en distintos personajes- filmadas en tiempo real. Hay también mucha ironía y comicidad –espléndida la expresividad facial de Patricia- y se reivindica la figura de Eloy Luis André, filósofo, psicólogo, escritor, discípulo de Unamuno… quien con un detallado estudio confirmó la conveniencia de que el tren pasara por Verín. Un giro final sorprendente añade más alicientes a esta muy recomendable y brillante propuesta.
