El desig del cor

informació obra



Autoria:
Caryl Churchill
Dramatúrgia:
Lucía del Greco
Direcció:
Lucía del Greco
Intèrprets:
Albert Pérez , Vanessa Segura, Alícia Puertas, Marc Tarrida , Sara Morera
Sinopsi:

El desig del cor parla d’una família disfuncional (com totes) que espera el retorn de la seva filla d’Austràlia. Durant aquesta espera, al menjador de casa es materialitzen els desitjos, les pors i les pulsions més viscerals que allunyen el pare, la mare i la tieta, del que s’espera d’ells, segons els rols que marca la societat. El model familiar té unes lleis clares, i hi ha coses que hi caben i coses que no: desitjar la teva filla, tenir por a la mort o menjar-te a tu mateix, són algunes de les coses que aquesta família pot arribar a imaginar, perquè a dins de la imaginació cap tot. Amb les seves projeccions ens faran riure i ens faran reflexionar.

Durant tota la peça, els personatges hauran d’exercir un control extrem perquè els seus pensaments no prenguin forma i no es facin reals, i tant les escenes còmiques i surrealistes com els conflictes més profunds passen per un mecanisme de censura. S’equivoquen i tornen a començar en un sistema de prova i error: entren en un bucle interminable, un bucle en el qual les paraules i les accions es repeteixen una vegada i una altra. Cada vegada que imaginen alguna cosa, aquesta imaginació entrarà en conflicte amb la seva estructura: es congelaran a sobre de l’escenari i tornaran a començar, evitaran l’error i prendran un altre camí. No hi ha manera de sortir del bucle, perquè no hi ha manera de sortir dels traumes familiars.

Aquest és un dels 21 projectes seleccionats dins la primera convocatòria conjunta de Textos i projectes 21-22 “On el teatre batega” que s’organitzen des dels Teatres de Proximitat.

Crítica: El desig del cor

01/03/2022

Reencuentro con los monstruos

per Juan Carlos Olivares

El Tantarantana es desde hace un tiempo un intermitente generador de sorpresas y revelaciones. La última es Lucia del Greco, filóloga, traductora, escritora, directora y crítica de teatro. En el teatro del Carrer de les Flors presenta El desig del cor (Heart’s Desire), la mitad del díptico Blue Heart de Caryl Churchill. Una serie de azares ha permitido que una práctica escénica final de tercer curso de l’Institut del Teatre se erija en una de las funciones más relevantes de este inicio de temporada. Ayuda trabajar con un texto que desde su estreno en 1997 en el Royal Court de Londres se ha impuesto como uno de los títulos referenciales de Churchill, sobre todo si se monta a la par que Blue Kettle y se disfruta del doble ejercicio de deconstrucción de la mecánica y el texto teatral. También es útil contar con un reparto inusual para este tipo de ejercicios académicos, encabezado por los resolutivos Albert Pérez y Vanessa Segura.

Una autora extraordinaria, un elenco solvente y también una directora de escena casi debutante que ha montado un espectáculo desposeído de las lógicas imprecisiones, errores y dudas de los principiantes. Sorprende el rigor de una puesta en escena que a las dificultades propias de la propuesta antidramática de Churchill suma una mirada especialmente umbría, como si a la etiqueta de “comedia” de la edición original hubiera incorporado el adjetivo “amenazante” para acercar el texto al concepto pinteriano de “comedy of menace”. Argumento: Una familia como cualquier otra espera el inminente regreso de la hija alejada desde hace un tiempo del hogar. Situación en apariencia banal perturbada por un subtexto inquietante. Quizá un estupro. Sombra que la directora hace crecer hasta congelar la comedia.

Del Greco ha optado por prescindir de los elementos surrealistas más rutilantes -aquellos que para Michael Billington en su crítica de la reposición de Blue Heart de 2016 aportan trazas de Ionesco- para acentuar la tensión oculta en el tiempo muerto antes del reencuentro. La representación de la purga de los pensamientos y recuerdos más conflictivos e improcedentes que comparten estenúcleo familiar a través de un radical experimento de reeducación de sus deseos e impulsos. Un flash como una descarga eléctrica para situar gesto y palabra en el código civilizado más adecuado para mantener el status quo del silencio culpable. Un ejercicio en vivo de represión mediante la constante repetición de las mismas escenas y conversaciones insustanciales. Como en Escaped Alone, el comportamiento forzosamente convencional se alterna con visiones de un inconsciente dantesco. El orden y el desorden transformados en mecanismos teatrales puros a la vista del público.

Una obra que requiere de una exagerada precisión interpretativa, sustentada en ligeras y significativas variaciones, a su vez interrumpidas por bruscos cambios de registro hacia el desvarío que se recogen de manera igual de drástica para continuar con un texto que nunca llega a ser conclusivo. Como si Churchill secuestrara continuamente la lógica dramática. Del Greco controla este delicado dispositivo que prescinde de cualquier convención que serene la experiencia del público con una dirección férrea, muy segura en su objetivo de construir la lóbrega atmósfera de la monstruosidad oculta bajo la alfombra y la aceptación de la disfunción como un rasgo de nuestra sociedad.