Tal vegada allà, agafats de la mà, units sota el nom d’Europa, ens podríem explicar el mite que ens batejà: el que narra la història d’un Déu totpoderós que, encès d’amor per una noia fenícia, viatjà a les costes de l’actual Líban (o Síria)… i sota l’aspecte d’un immens toro, la raptà tot creuant el Mediterrani i, arribats a Creta (o Lampedusa…), la violà. I és d’ençà… que Europa bull.
Sembla una olla a vapor que xiula i fa senyals de fum. Europa retruny, està a punt de petar. És una olla de grills. Un batibull. I de tanta remor, ja no se sent l’alegria de l’himne; ja sols notem la sordesa del seu compositor.
Un autoritari toro blanc va raptar Europa, i tal vegada ara ens adonem que no el sabrem mai domesticar.
Premi en la categoria de direcció Premis de la Crítica 2019
Premi en la categoria d'actriu de repartiment Premis de la Crítica 2019
Premi en la categoria de dramatúrgia/ adaptació Premis de la Crítica 2019
Premi en la categoria de música original/ adaptada Premis de la Crítica 2019
Finalista a Premi espectacle Premis de la Crítica 2019
Finalista a actor de repartiment Premis de la Crítica 2019
Finalista a espai escènic Premis de la Crítica 2019
Finalista a espai sonor Premis de la Crítica 2019
Durante siglo Europa ha sido el punto referencial para el resto del mundo de lo que significaba la civilización. El punto donde emergieron las ideas de libertad, democracia e igualdad, donde la justicia social se extiende a la mayor parte de la población, donde la vida humana es más respetada.
Sin embargo, sus inminentes contradicciones son, precisamente, a las que se dedica este inteligente y divertido espectáculo, que retrata una Europa ridícula, superficial, traidora de sus propios logros y que se vuelve un espejismo para los demás pueblos que quieren alcanzarla y poder mejorar su vida en ella.
El montaje cuenta con un elenco de excelentes actores: Sasha Agranov, Joan Carreras, Anna Hierro, Olga Onrubia, Carles Pedragosa (que también participa en la musicalización que, por cierto., es excelente) y Karl Stets, todos con un alto nivel interpretativo físico, idiomático, musical y textual, que te hacen transitar por los diferentes países que conforman la Unión Europea y sus grietas más evidentes.
Jordi Oriol se rodea de un excelente equipo creativo que crea un montaje donde ese parque temático que parece ser la Europa de nuestros días para los turistas del mundo, ese continente de apariencias y de lugares comunes, muestra su peor cara.
Vivimos en un mundo donde no podemos confiar en nada, en un mundo que hasta los ideales más hermosos han sido traicionados y, aún así, es esa Europa la que nos da el espacio para reflexionar sobre ello.