Tot i que la xiulessin durant l’estrena, l’opera buffa més famosa de la història justifica l’eternitat de Gioachino Rossini. La va compondre en menys de dues setmanes i va aprofitar l’obertura de dues òperes anteriors. Per això solia ser tan ràpid. L’obra explica la història del vell rondinaire Bartolo que vol allunyar Rosina de tot pretendent excepte un: ell mateix. És un arquetipus del món antic que lluita amb el modern, encarnat pel comte d’Almaviva, amb l’ajuda del barber Figaro. La versió de Joan Font (Comediants) empra recursos escènics del teatre popular i de carrer característics del seu llenguatge. Finalment triomfarà l’amor malgrat tot i tothom, com a tota opera buffa. La música vital i sofisticada eleva a quintaessència el personatge i la trama creats per Beaumarchais l’any 1775.
El mayor reto de una ópera tan conocida es romper las expectativas de un espectador acostumbrado a la obra. En ese sentido este montaje no es un éxito.
Con un elenco poco conocido, pero sumamente eficiente, con voces hermosas y un estilo belcantista muy cuidado, la ópera más famosa y representada de Rossini, llegó al Liceo para inaugurar la temporada 2014-2015.
Encontramos una dirección de orquesta novedosa, integrando el uso de la guitarra española, pero también con el director desde el clavicembalo. Esa misma novedad la extrañamos en el montaje escénico, el cual, adoleció de lugares comunes y una escenografía poco imaginativa, que nos llevó a líneas parecidas a las demás producciones de Els comediants. Por ejemplo, la tendencia a llenar las arias de acción escénica ilustrativa es un recurso que deja ver un hueco en el trabajo interpretativo de los protagonistas o la inclusión de acciones poco significativas. En general faltaba la chispa y encanto que hemos visto en otros montajes de esta compañía.
Lo que sí sorprendió muy gratamente fue el joven elenco que interpretó a los tres personajes principales: Juan Francisco Gatell haciendo el Conde Almaviva (una hermosa voz, potente y con un frase muy interesante, aunque quizá un poco corto de agudos), Annalisa Stroppa en el papel de Rossina (una mezzo oscura con la voz aterciopelada y un fraseo envidiable) y Mario Cassi en el protagónico (barítono de extraordinarios agudos y voz enorme, a quien, sien embargo se sentía mucho más inseguro en su corporalidad). Excelente trabajo también el de John Relyea en el papel de Don Basilio y por supuesto el Carlos Chausson en el de Don Bartolo, ambos excelentes trabajo tanto actorales como vocales.
Esta obra de Rossini, considerada siempre como obra maestra, es una clara muestra del ingenio y buen sentido del humor de su creador. Los muchos y diferentes montajes que se han hecho de esta ópera siempre dejan pocos resquicios para los creadores nuevos, en este caso, creo que quedaron un poco justos frente a una obra tan divertida y chispeante.