La força oculta

informació obra



Autoria:
Louis Couperus, Abi Morgan
Adaptació:
Peter van Kraaij
Dramatúrgia:
Peter van Kraaij
Intèrprets:
Aus Greidanus jr., Gaite Jansen, Gijs Scholten van Aschat, Halina Reijn, Jip van den Dool, Maria Kraakman, Marieke Heebink, Vanja Rukavina, Barry Emond, Dewi Reijs, Mingus Dagelet, Otis Schwab, Rob Malasch, Keanu Visscher
Direcció Musical:
Harry de Wit
Composició musical:
Harry de Wit
Interpretació musical:
Harry de Wit
Escenografia:
Jan Versweyveld
Il·luminació:
Jan Versweyveld
Coreografia:
Koen Agustijnen
Vestuari:
An D'Huys
Vídeo:
EYE Amsterdam
Ajudantia de direcció:
Nina de la Parra
Producció:
Toneelgroep Amsterdam, Ruhrtriënnale
Traducció:
Neus Bonilla Benages
Sinopsi:

Torna Ivo Van Hove per descobrir-nos l'obra d'un dels grans de la literatura holandesa. És Louis Couperus (1863-1923), autor d'una novel·la visionària sobre l'enfrontament entre dues cultures irreconciliables: Orient i Occident. 

La història té com a escenari Java, on el governador Otto van Oudijck controla fermanent la seva província. És sensible a la cultura local, però està convençut de la seva superioritat com a europeu sobre els pobles que governa. Un enfrontament amb el germà d'un príncep local desencadenarà, però, unes forces sobrenaturals i ocultes. Tot passa sota el monsó, en un ambient inquietant i una escenografia espectacular de gran format on l'aigua és un element fonamental. 

Una història sobre les antigues colònies holandeses que explica, però, la història universal de l'enfrontament entre dos mons i d'un malestar existencial que s'estén fins al nostre segle XXI.

Finalista en la categoria d'espectacle internacional. Premis de la Crítica 2016

Crítica: La força oculta

07/03/2016

La fuerza de Ivo van Hove resuena en cada gota

per Elisa Díez

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La força oculta muestra sin pudor todo lo que se esconde detrás del afán civilizador de la cultura occidental, sea cual sea, una sexualidad explícita, el adulterio, la pedofilia, el incesto y todo rociado por una violencia verbal y física al no conseguir imponerse a la partida a los otros.

La misma entrada a la sala ya nos hace presagiar parte de lo que está a punto de suceder. Llueve y seguirá lloviendo con mayor o menor intensidad durante toda la obra. No es una sorpresa, ya se anunciaban que caerían 70.000 litros de aigua por sesión. Y la espectacularidad del montaje radica precisamente en ese agua, en como a golpes de mover la pinta adelante y atrás, el Monzón consigue que no podamos apartar la mirada del escenario.

Colonos, mestizos, indis, razas y condiciones sociales diferentes se entremezclan. Política, poder, amor, control, pasiones y venganzas que acaban en un poder destructivo contra uno misma y contra los demás. Un sinfín de temas que van más allá de los tópicos y que a pesar de que la dramaturgia no tenga excesivos giros de guión, va desmenuzando poco a poco las sorpresas; sin poder dejar de mantener la atención de los sobretítulos porque el volumen de texto y de descripción de la situación es más elevado que en otras ocasiones, pero esta vez el ritmo dramático lo hace más liviano.

Lo único que no ha cambiado con respecto a ocasiones pasadas, y que quizás en esta ocasión se ha accentuado más, el agua y la presencia de humos diversos lo recalca, son la frialdad de las interpretaciones. Sin duda, esta apreciación tiene mucho que ver con las cuestiones culturales mediterráneas, pero el sentimiento de empatía que te despiertan en ciertos momentos algunos personajes quedan frenados en seco, como si de una pared se tratara, por la lejanía de su manera de interpretar, que no es que sea mejor ni peor que la de aquí, sino simplemente es diferente.

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