Aquests dies de confinament no hi ha teatre. Amb l'objectiu de reconfortar i acompanyar aquests dies de soledat i estranyes, moltes companyies que han penjat vídeos dels seus muntatges. Recomana, sensible a la iniciativa desinteressada dels artistes, els ordena a través del web.
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Hi va haver un temps en què els homes i els animals compartien un món salvatge i els cavalls formaven amb els genets una unió indivisible. La nova proposta de Baro d’Evel és un viatge cap a aquest estat de comunió. Blaï Mateu Trias i Camille Decourtye són els responsables d’aquesta companyia que ha renovat el llenguatge del circ i dignifica el treball conjunt de l’home i l’animal. Poesia de la pista en estat pur sense oblidar l’humor, la nova creació és en la línia d’excel·lència d’altres espectacles seus que han passat per Temporada Alta: Mazùt (2012), Ï (2011) i Le sort du dedans (2009).
Lali Ayguadé, finalista com a ballarina d'aquest espectacle als Premis de la Crítica 2015
Los espectáculos de circo con animales están prohibidos, con base en razones muy coherentes: el maltrato animal, la degradación física de ellos, etc. La mayor parte de los circos que utilizaban, (o utilizan en otros países), animales hace que los números en que participan dejen clara la superioridad del hombre sobre la “bestia”, con métodos por demás cuestionables que nos muestran en realidad más crueles y patéticos que ellos. Es muy difícil en nuestros días disfrutar de espectáculos en los que se exhiba el dolor de otros seres, sean de nuestra especie o no.
La compañía Baró d’Evel nos muestra una manera distinta, no sólo de relacionarse con los animales, sino también de pensar en el espectáculo circense como un acto artístico personal, con un lenguaje escénico propio y una estética contemporánea de enorme belleza, muy distinta de lo que normalmente podemos ver en ese género.
Sin grandes aspavientos, ni escenarios ostentosos, este circo parece centrarse en lo complejamente sencillo, en lo personal, en lo íntimo y con ello nos lleva a valorar el género cirsence de una manera completamente diferente.
Actores con una preparación impactante (no sólo física, sino musical, teatral y abierta a otros lenguajes), que nunca hacen un alarde técnico que no forme parte de un discurso escénico; textos sencillos, llenos de candor y sin ninguna pretensión docta; imágenes puras, poéticas, hermosas y un mundo creado casi sin palabras, son los elementos que conforman este innovador espectáculo.
Los animales se comportan como humanos y de humanos que se comportan como animales. Hay una comunión, un gusto y una relación basada en respeto y en cariño. Como debería ser el mundo civilizado, como deberíamos ser los humanos que sabemos que finalmente somos una especie animal.
Todos aquellos que quieran ver algo distinto, enriquecedor y maravilloso, que quieran reconciliarse con un género que es mucho más que perfección técnica, no pueden perderse este mundo de imágenes, sueños y poesía que sucede en un lugar tan común y a la vez mágico como la carpa de un circo.