La Natàlia i el Salva s’han enrotllat cinc vegades, no més. La seva relació ha estat fins ara poc profunda, pràcticament no saben res l’un de l’altre. La Natàlia ha decidit fer un documental sobre el desamor, per veure si, compartint el seu dolor amb el món, aquest deixarà de pesar-li tant. El Sergi i la Carlota s’estimen. Porten poc més d’un any junts, i potser les coses ara són més difícils del que eren en un principi, però si una cosa tenen clara és que encara aposten per la seva relació.
De vegades l’ambició és només aquesta, senzillament esmorzar junts, més enllà de qualsevol somni grandiloqüent. Què estem disposats a fer i a sacrificar per no deixar d’esmorzar plegats?
Ivan Morales finalista a la categoria de text dels Premis de la Crítica 2018(...)
Esmorza amb mi explica la historia entrecruzada de dos parejas. Natalia (Anna Alarcón) y Salva (Andrés Herrera) mantienen una relación esporádica mientras ella hace un documental sobre el desamor. Sergi (Xavi Sáez) y Carlota (Mima Riera) se quieren y quieren apostar por su relación. Los cuatros sólo buscan desayunar con alguien.
Delante de un punto de partida bastante común, la intriga aparece nada más poner un pie en la sala. La sala grande de la Beckett se convierte en un ruedo, una especie de círculo, con un minúsculo escenario central y una atmósfera que nos hace pensar que venimos a ver una de 'sang i fetge' más que una comedia romántica.
Con una presentación de personajes tan potente, el nudo, desarrollo de la trama inexplicablemente se vuelve monótono. Escenas excesivamente alargadas, ritmo descompasado, información a cuentagotas pero sin una intriga que nos haga tener ganas de abrir el melón.
Una de las escenas más interesantes la mantienen Xavi Sáez y Andrés Herrera. De hecho será éste último a quien Morales le ha regalado el mejor papel de la noche, quizás el más creíble, el más cercano, con el que el propio Andrés Herrera consigue en empatices más con una interpretación más naturalista.
Lo mejor del montaje es sin duda la escenografía y el diseño de luces creado por Marc Salicrú. Gracias a él y a pesar de los fallos de ritmo consiguen que el espectador no deje ni por un momento de prestar atención a escena. Es una de esas escenografías de las que no consigues escapar.
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