Històries d'Istanbul

informació obra



Traducció:
Carles Batlle
Intèrprets:
Mercè Arànega, Jordi Martínez, Carles Gilabert, Magda Puig, Francesc Ferrer, Elena Fortuny
Composició musical:
Nuu
Escenografia:
Adrià Pinar
Ajudantia de direcció:
Andreu Martínez
Producció:
Carles Manrique, Velvet Events
Companyia:
Cia. Ignífuga
Direcció:
Pau Masaló
Autoria:
Concha Milla
Dramatúrgia:
Concha Milla
Sinopsi:

El muntatge es basa en l'obra de Yesim Özsoy, actriu, directora i dramaturga turca que és fundadora i directora artística del Galata Perform d'Istanbul. Partint dels meddahlik, una forma d'art dramàtic turc que interpretava un únic actor i prenent com a estructura un ritme de la música clàssica otomana, el ritme aksak, el muntatge mostra un mosaic de personatges que ens parlen d'ells mateixos, del lloc on viuen i el que això comporta. Aquest lloc és Istanbul, una ciutat on es barregen i s'enfronten maneres diverses d'entendre la política, la religió, la tradició, l’amor, el patriotisme i en definitiva la vida. Avui més que mai és una ciutat on s'agrupen milions d'anhels en trànsit, molts dels quals, com els dels nostres personatges, són retinguts per raons diverses. Una ciutat decisiva per obrir o tancar les portes d’Europa tant per als qui n’entren com per als qui en surten. Istanbul esdevé així un territori en ebullició dins d’un estat en perpètua agitació. Una agitació i una sensibilitat que queda reflectida i es fa palesa a través del testimoni d’aquests dotze personatges. L'espai sonor va a càrrec del Grup de Música Nuu, dedicat a donar un aire personal i electrònic a tota la música de l’espectacle, tant la de caràcter tradicional com la de caràcter més contemporani. 

Crítica: Històries d'Istanbul

19/07/2017

La complejidad de las sociedades humanas

per Enid Negrete

El texto de Historias de Estambul proviene de la actriz, directora y dramaturga Yesim  Özsoy (Estambul, 1972), quizá la figura más famosa del teatro Turco en nuestros días, sobre todo por su éxito fuera de su país natal. Es una autora que representa la cara más moderna y sofisticada de la sociedad turca, que ha logrado la creación de una plataforma para desarrollar la dramaturgia turca, a pesar del peligro de convertirte en sospechoso de traición ante el gobierno, si tu obra habla de algún tema delicado política o socialmente hablando.

En principio, un texto sobre una ciudad de vida tan trepidante, compleja y contrastante como Estambul se antoja como el telón de fondo ideal para un montaje teatral. La realidad de un país del que todos quieren salir, pero todos quieren visitar, con un pasado vital para la historia de la humanidad y un presente que cuestiona siempre el sistema mundial que nos rige, es una mina de oro de personajes, situaciones y mundos por descubrir.

Que difícil pero apasionante debe ser ejercer la docencia en un lugar así, qué personaje más valiente debe ser una mujer en Estambul que se niega a las prohibiciones y a seguir las normas de las mujeres de su familia. cuántas ganas dan de pensar en una larga conversación con un taxista que recorre las calles laberínticas de esa ciudad todos los días o la existencia surrealista de un controlador de costumbres que no solo increpa a los ciudadanos para que cambien sus malos hábitos, sino que guarda el registro de las infracciones cometidas. Parece un mundo tan trepidante, activo e interesante que dan ganas de conocer. El planteamiento es, simplemente, mostrar los diferentes personajes que forman una realidad compleja de un país complicado. Entonces ¿Por qué a la mitad de la obra los espectadores hemos perdido la atención?¿Por qué parece una historia ya contada?

Cuesta un poco entender el dispositivo escénico-actoral, en el que todos hacen dos papeles sin una razón dentro del discurso escénico. Cuesta más entender la propuesta estética que no clarifica si el descuido es intencional o no. Pero sobre todo cuesta seguir la trama un poco desarticulada escénicamente y con el problema de la desigualdad del elenco. Mercé Anéga, como siempre, muestra una eficiencia infalible, pero el resto del elenco tiene diferencias muy notables en la calidad de su actuación.

Hablar de otras culturas sin paternalismos, mostrar la complejidad de realidades que se viven en un país como Turquía y mostrar lo poco gratuito que es en realidad la violencia que se muestra como injustificable en sociedades reprimidas, son los grandes aciertos de este texto. La temática es por demás interesante y vigente, en un mundo de desigualdades, violencia y cambios continuos, donde parece que no nos damos cuenta de la urgente necesidad de cambios.