La llista és un treball contextual i escènic on es recita una llista de petites i grans coses. Una llista com a manera de generar un territori compartit i ple de potències. En aquest context, el cos desencadena una llista de possibilitats que es relacionen amb com compartim i com ens identifiquem i com donem valor al nostre entorn. D’aquesta manera, La llista és una forma de trobar-nos dins un univers individual i alhora comú, un espai que possibilita l’afecte, el fet sensible, la capacitat de tocar-nos i d’estar en una atenció col·lectiva. La llista és un recital acumulatiu en el temps, una enumeració de paraules i moviments, una situació amb el potencial de la trobada i tot el que això implica: l’imprevist, el present, les individualitats, la comunitat, les tensions i atraccions entre l’espai personal i l’espai social.
Finalista a la categoria d'arts de carrer dels Premis de la Crítica 2018
Por la emoción. Por la poética. Por la sensibilidad. Por como Quim Bigas interactúa sin palabras. Por esa mirada. Por la coreografía. Porque cuida el espacio. Porque es poético y divertido. Porque tiene sentido. A su manera. Por la honestidad. Por lo personal que hay en el espectáculo y porque hay que ser muy valiente para exponerse así. Por la cercanía. Por la emoción. Por la proximidad. Por la espontaneidad. Por el movimiento. Por cómo una sola persona es capaz de llenar el espacio. Por la coreografía conjunta. Por la delicadeza. Por la monotonía sonora que se interrumpe por el silencio. Por La Figuerosa. Por los artistas invitados. Por los agradecimientos que constan en el programa. Por la emoción. Porque hay muchas cosas que no se entienden. Y porque no molesta no entenderlas. El uso de la comida da bastante asco. Por las cartas. Por las sorpresas. Por el tempo. Por el ritmo. Por la lentitud. Por la emoción. Por la metáfora. Porque rompe esquemas. Por la delicadeza. ¿He mencionado ya la emoción? Porque todo puede pasar. Y porque pasa un poco de todo. Por el random. Por la emoción. Por la belleza. Por la paz que se transmite. Por la sensación final de bienestar. Definitivamente, por la emoción.