Si el teatre català fos una pel·li de Tarantino, Nao Albet i Marcel Borràs
serien John Travolta i Samuel L. Jackson, discutint sobre hamburgueses mentre
disparen a tort i a dret. Amb només 24 anys ja han dirigit mitja dotzena de
muntatges sorprenents, bogeries cent per cent cinematogràfiques, farcides de
referències a la cultura pop, que desbordaven originalitat i rauxa per tot
arreu. Al festival estrenen Los
esqueiters, una reflexió sobre la llibertat a partir de la trobada
impossible entre uns intel·lectuals i una colla de skaters. Per als que vulguin saber com serà el teatre de les
generacions que vindran.
Nao Albet y Marcel Borras. Un dúo canalla, esperpéntico y sin pelos en la lengua. Después de la locura espectacular que fue Atraco, paliza y muerte en Agbanäspach, los llamados enfants terribles del teatro catalán recuperan Los esqueiters, un montaje que estrenaron en 2014 y que es menos grande en forma pero igualmente gamberro y divertido en contenido.
La pareja se presenta ante el público como filósofos, o al menos estudiantes de filosofía, y actúan con cuatro esqueiters internacionales a la búsqueda de la libertad. La sociedad ve a ambos grupos raros y de dudosa aportación. Y sin embargo los dos son movimientos con una determinada ideología y una búsqueda más o menos consciente del éxtasis espiritual. El dúo, ataviado con ridículas ropas de antiguos pensadores, intenta explicar al público y a sus colegas las semejanzas que hay entre ambos. Y lo hace a través de diálogos ingeniosos, ácidos y punzantes.
En escena, una pista de skate presidida por una estantería llena de libros. Y encima, la batería y el bajo para que Albet y Borrás toquen en directo mientras los esqueiters demuestran sus habilidades. En esta ocasión, acompañan al equipo un grupo de colaboradores locales que, encima de sus tablas, llenan el espacio y lo hacen visualmente mucho más atractivo.
Al final, lo que nos fascina de estos creadores es la capacidad que tienen de reírse de sí mismos, aceptando sus límites y sin la pretensión de adoctrinar a nadie. Simplemente lanzan conceptos con humor e ironía, que pueden hacerte pensar más o menos y que, sin duda, sacan más de una carcajada.