Pedro Páramo, una de les novel·les cabdals del realisme màgic, puja per primera vegada a un dels nostres escenaris. Pau Miró s’ha fet càrrec de l’ambiciosa missió d’adaptar el clàssic de la literatura iberoamericana escrit pel mexicà Juan Rulfo, i Mario Gas és el responsable de dirigir Pablo Derqui i Vicky Peña en aquesta història laberíntica sobre la corrupció, els mecanismes de poder i la relació conflictiva entre pares i fills, on es barregen les veus dels vius i les dels morts. Només dos intèrprets per al gran retaule humà creat per Rulfo. Un equip espectacular per a un títol transcendental.
Llevar a escena una novela tan compleja, rica y mágica como Pedro Páramo, la obra maestra del escritor mexicano Juan Rulfo, siempre ha sido algo muy difícil de lograr. También en el cine se ha intentado, en repetidas ocasiones, con escaso éxito. Si además al reto, se añade que sean dos actores los que interpretan a todos los personajes, el proyecto parece imposible.
El espectáculo que ha dirigido Mario Gas con un primoroso trabajo dramatúrgico de Pau Miró y dos extraordinarios actores Vicky Peña y Pablo Derqui, supera todas las expectativas y relega todas las dudas y los miedos. El rico y sugerente lenguaje de Juan Rulfo resplandece con toda su fuerza y con todos sus matices. Los personajes renacen en el escenario, verosímiles con todas sus luces y sus sombras. Todo el mundo envolvente, real y ficticio, desmemoriado y decadente, vital y mortal de los personajes late en el escenario y la desolada y lejana, otra vez rica, población de Comala se nos aparece con toda su fantasmagórica crudeza.
Vicky Peña, monumental, muy bien secundada por un extraordinario Pablo Derqui, dan vida de forma absolutamente magistral e hipnótica a todos los personajes vivos y muertos que se entrecruzan girando al entorno del cruel y a la vez obsesivo romántico cacique Pedro Páramo. Está Juan Preciado, el hijo que prometió a su madre que el día que muriera, iría en busca de su desaparecido padre. Su madre que habla desde el más allá. Su amiga del alma, Gertrudis. El padre que los casó. El fiel y maquiavélico administrador del cacique. Doña Susanita el amor inalcanzable de toda la vida del cacique. Los vecinos de Comala y hasta unos revolucionarios que cambian de revolución según les subvencionen.
Extraordinarios, con unos giros de voz mágicos, con una vocalización perfecta, con los mínimos gestos, con los mínimos apliques, llevándote de forma fascinante de personaje en personaje, del ayer al hoy, de los vivos a los muertos.
La dramaturgia de Pau Miró es primorosa y consigue trasladar con fidelidad y suma habilidad toda la magia del texto de Rulfo. Mario Gas, en uno de sus mejores trabajos (y son muchos los destacables), sabe estar detrás de los actores, apoyándolos escénicamente en todo momento y contando con todo un espléndido equipo que secunda el montaje de forma perfeta. La neutra, árida y a la vez explícita escenografía de Sebastià Brosa, con un ciclorama circundante sobre el que se van reproduciéndose las envolventes proyecciones audiovisuales de Álvaro Luna y el magnífico espacio sonoro creado por Orestes Gas.
Como bien define la escritora y poeta Júlia Costa en www.llegir.cat (crítica que aconsejamos leer), “una arriscada lliçó magistral de teatre contemporani amb vocació de clàssic”.
Pedro Páramo es una producción del Teatro Español de Madrid, el Teatre Romea de Barcelona y el Grec 2020 Festival de Barcelona. Se estrenó en octubre del 2020 en la sala Fernando Arrabal de Las Naves del Español.
Uno de los mejores escritores del siglo XX
Juan Rulfo (Acapulco, 1917-Ciudad de México, 1986), nacido Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, fue escritor, guionista de cine, historiador y fotógrafo mexicano. Su primera novela fue Pedro Páramo, publicada en 1955. Está considerada entre las cien mejores novelas del siglo XX, escritas en lengua española. Fue un parteaguas que significó el fin de la novela revolucionaria y la apertura hacia otras formas de literatura más libres, ejerciendo una gran influencia en el realismo mágico de escritores posteriores como Gabriel García Márquez.
Texto, ferranbaile@gmail.com